lunes, 26 de agosto de 2019

Nekromantik (1987)

Entrada 3800:

Alcanzo otro número redondo y con ello aquí tenéis un título bastante especial. De hecho serán dos esta vez porque tuvo una secuela.

Llevo un mes muy intenso viendo títulos a cascoporro para poder llegar a la soñada media de dos películas diarias durante todo un año. Estoy muy cerca de lograrlo y sería algo muy especial si sucediera pues en Navidades se cumplirán 10 años desde que empecé a escribir en este blog. Se dice pronto.

Lo bueno de ver tantos títulos es que estoy revisitando muchas películas que habían caído en el olvido y descubriendo a autores que siempre quise ver. Lo malo es que me estoy tragando una cantidad de basura elevada, principalmente porque voy recorriendo el catálogo de Netflix (es lo que tengo más a mano ahora mismo) que deja muchísimo que desear.

Como ya he mencionado en algún especial estoy dejando de lado las series de televisión y/o anime porque quiero avanzar a toda leche por los innumerables títulos que tengo previsto ver. Imagino que en algún momento haré alguna parada para relajarme un poco, pero también he de decir que hay muy pocas series recientes que me apetezca ver ahora mismo y buena parte de ellas es por pura curiosidad.

En fin, que me enrollo y no paro, esta vez he elegido uno de mis títulos favoritos. Hace mucho que lo llevo posponiendo y no he encontrado mejor momento.

Nekromantik (1987)



Qué ganas de volver a verla.

Rob y Betty son dos necrófilos a los que no les importa que los cadáveres que usan estén en plena descomposición. Pero un día Rob pierde su trabajo y Betty no quiere saber ya nada de él.

El responsable de esto tiene como nombre Jörg Buttgereit. De hecho se trata de su obra cumbre (en mi opinión) y también la más conocida.

Me encanta como el título encaja a la perfección con la historia. No se me ocurre uno mejor.

El director explicó en una entrevista que en realidad él no quería ser director de cine, hizo esta película como un manera de rebelarse al sistema de calificaciones de Alemania. Su intención primaria era causar el máximo impacto en la gente que la viese.

Recuerdo que adquirí ésta y su secuela simultáneamente en VHS a principios de los 90 y que no tenía ni la más mínima idea qué me esperaba. Fue toda una experiencia bastante intensa verlas por primera vez, de hecho desde entonces han habido pocos títulos que hayan conseguido una reacción parecida en mí, muy pocos.

Seguí un poco la carrera de Buttgereit aunque ha resultado ser un director poco prolífico. Hizo "Der Todesking" (1990) y "Schramm" (1993) y prácticamente le perdí la pista hasta que recientemente volví a buscar información sobre él, quizás me anime a ver alguno de sus títulos más modernos próximamente. De momento prefiero volver a sus orígenes.

No hace mucho vi "Corpse Fucking Art" (1992) que viene a ser un documental sobre Buttgereit en el que incluyen algunas escenas de esta película.

Lo primero que destaca es su BSO, es de esas que se te quedan metidas en la cabeza. La musiquilla repetitiva que va sonando a lo largo de la película es inconfundible. Tras salir del cine suena una melodía de un violín, fue usada por la banda Haemorrhage en su canción "Uncrontrollable Proliferation of Neoplasm".

Por cierto, el director hace un cameo al principio, es uno de los encargados de recoger cadáveres. Concretamente el rubio alto, destaca bastante. Según los créditos es un J.S.A., son las siglas de la compañía de limpieza para la que trabaja.

Muestran sin ningún tipo de tapujos cuerpos desnudos, gente meando, incluso como matan a un conejo y le quitan la piel o cómo realizan la autopsia a un cadáver.

Cuando la vi en su día lo del conejo me pareció de lo más normal, de hecho en mi casa era una práctica habitual. Más tarde me enteré de que en Alemania se los consideraba como mascotas, al igual que un gato o un perro, lo cual hace que esas escenas resulten de lo más perturbadoras para ellos.

En la escena en la que Rob trae un cadáver en descomposición a casa, la parte en la que lo desenvuelven es como ver a dos niños abriendo regalos de Navidad.

Creo que Betty comete un gran error al abandonar a Rob tan rápido. Vale que el tipo es un perdedor nato y que nunca llegará a nada en la vida pero ¿tú sabes lo difícil que es encontrar a un necrófilo?. Hoy en día con las redes sociales está tirado, te metes en algún grupo de Facebook tipo "Señoras que aún guardan el cadáver de su marido" o "Los necrófilos también son personas" y ya está. ¿Pero hace 30 años? como mucho podías poner un cartel en la plaza del pueblo en plan "Busco persona humana interesada en gente con poca o ninguna vida", pero no es una gran idea, resulta que a pesar de las apariencias la policía no es tonta y se fija en ese tipo de cosas.

Al volver a verla me he percatado de que hay algunas cosas que no están demasiado claras. Por ejemplo ¿cómo es que nadie se percata de que uno de los cadáveres no llegó a su destino?, igual es que al tratarse de un aparente suicidio nadie le prestó atención pero no sé, me parece absurdo algo así. O cuando se pone a asesinar gente apenas tiene continuidad, me hubiera gustado ver más de esos cadáveres.

Lo que sí tiene es un final perfecto. He leído críticas que se ceban con las actuaciones, personalmente creo que eso es irrelevante. La película no busca mostrar a los actores dando lo mejor de sí mismos sino causar asco y creo que es algo que consigue.

Tuvo una secuela que será mi próxima entrada. ¡A por ella!.

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