Aquí la titulamos "John Wick: Otro día para matar".
John Wick es un asesino profesional cuya mujer ha muerto recientemente por una enfermedad y un imbécil decide robarle el coche y matar a su perro, lo cual hace que salga del retiro para acabar con él y sus cómplices aunque para ello tenga que poner toda la ciudad patas arriba.
Llevo un tiempo queriendo ver esta película porque he oído hablar en multitud de ocasiones sobre ella y siempre la ponen muy bien, quizás demasiado. Lo cierto es que al enterarme que iban a estrenar la tercera película quise ver las dos primeras pero como no están en Netflix lo dejé estar.
Empezaré por el punto más negativo, la parte en la que Viggo podría haber matado a John sin más cuando le deja inconsciente. Es algo que sucede en muchas películas de este estilo y resulta realmente molesto ver como el protagonista sale siempre de rositas. Aparte que es una situación excesivamente predecible.
El apartado más positivo son las matanzas que monta, aunque salvo alguna pelea mano a mano me han parecido demasiado irreales y en demasiadas ocasiones he notado el uso de CGI para crear los chorros de sangre/las heridas que causan las balas.
También me han gustado la cantidad de diálogos que hay en ruso (no siempre subtitulados) porque me ha permitido practicarlo un poco. He entendido más de lo que me esperaba.
Originalmente el protagonista iba a rondar los 60 años, lo cual hubiera tenido mucho más sentido dado que es un asesino retirado. Curiosamente es algo que me recuerda a películas como "The Mechanic" (1972) o "Red" (2010).
El nombre de "The Red Circle Bar" proviene de la película "Le cercle rouge" (1970), una de las influencias de ésta. Otra influencia fue "Dip huet seung hung" (1989) de John Woo.
Michael Nyqvist (Viggo Tarasov) se hizo un corte bastante importante en la cabeza cuando rodaba una escena peligrosa con un doble, cosa que le dejó la oreja colgando sobre su hombro y le tuvieron que poner 18 puntos de sutura. Algunas de las escenas finales tuvieron que ser replanteadas para ocultar su cicatriz. Es curioso porque justo esa parte me pareció demasiado sencilla y me imagino que es debido a este hecho.
Keanu Reeves (John Wick) estaba con gripe y tenía 40º C de fiebre cuando rodó la escena de la parte superior del nightclub.
Entre los coches que aparecen tenemos un Mustang GT de 1969 con un motor de 390 pulgadas cúbicas (en la película lo describen erróneamente como un Boss Mustang de 429), un Chevrolet Chevelle SS 454 LS6 de 1970, un Dodge Charger LD del 2011, y un Dodge Charger de 1968.
Atentos a Randall Duk Kim (el doctor del Continental), fue el creador de llaves en "The Matrix Reloaded" (2003). En esa misma película también salía Daniel Bernhardt (Kirill).
Me han parecido muy curiosos los (casi) cameos de John Leguizamo (Aurelio) y Willem Dafoe (Marcus).
Me ha gustado mucho lo de las monedas de oro como pago por/para los servicios de los asesinos. Y cómo el protagonista tiene un cantidad bastante importante guardada en su casa.
Originalmente fue planeada como una trilogía sin embargo tras el estreno de la 3ª parte ha sido anunciada una cuarta. Aunque de momento no acabo de entender cómo plantearon una secuela dado que parece que la historia tiene un final cerrado, supongo que tendré que averiguarlo.
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