La tercera y última parte.
Anthony ha perdido a su hijo Tom tras ser atropellado por un coche. Eso hace que despierten él emociones violentas que hacen que su cuerpo se transforme. Y cuando ve al conductor del coche se convierte en una máquina violenta alimentada por una ira incontrolable.
Al igual que las dos anteriores está dirigida y escrita por Shin'ya Tsukamoto. Y es que quizás ese sea el único motivo para verla porque todo lo que he leído sobre ella son comentarios negativos.
Aquí se acabó la experimentación. Los ángulos de cámara son más normales, incluso han introducido a actores occidentales. Parece que quieran hacer de ella una película que pueda ser vendida fácilmente a nivel global.
De nuevo descubrimos qué está sucediendo realmente en un momento dado y a partir de entonces es el enfrentamiento de dos hombres.
De hecho eso es lo que define a la trilogía. Un hombre que se convierte en máquina y otro al que se enfrenta, el resultado es diferente en cada una, pero la idea es la misma.
Personalmente entiendo que los que hayan visto sólo esta película no la apreciasen, es la peor de la trilogía y el hecho de estar enfocada a un público más general genera una falsa sensación de normalidad, cuando nunca lo ha sido.
Tras ver las tres películas puedo afirmar que la primera es la mejor de largo. El estilo es el más difícil de entender y la manera en la que se desarrolla parece un poco caótica, pero no por ello complicada. Sin embargo es la más impactante visualmente hablando, incluso siendo en blanco y negro.
Poco más que añadir. Sólo que me encantaría ver más películas de este señor, especialmente lo que hizo antes de la primera película. Hay unos cortos que tienen muy buena pinta, espero poder cazarlos algún día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario