大魔神逆襲 (1966)

La última parte de esta trilogía.

Arakawa es un señor malvado que está construyendo un edificio en el valle del infierno y para ello secuestra hombres y los hace trabajar hasta que caen muertos. Koyoma es el señor del territorio vecino, pero no puede ir a atacarle debido a las condiciones climáticas. La única manera que tiene de escapar la población es a través de la montaña del dios Daimajin. Cuatro niños deciden atravesar dicha montaña.

La tercera película se estrenó a finales de año.

Empieza explicando que durante mucho tiempo los desastres naturales fueron atribuidos a la ira del dios Daimajin.

En realidad no entiendo demasiado bien lo de los niños. Osea, la parte en la que se van sin decirle nada a nadie y tal sí, pero que el viaje es literalmente un paseo por una montaña sin apenas dificultades... vamos, que podría haberlo hecho cualquiera.

Hay partes que me recuerdan bastante a "The Goonies" (1985).

Regresamos a la estatua del dios en una montaña, pero no es como en la primera película. Está en la cima rodeada de rocas. Además hay un halcón que la vigila. También hay una señora mayor que vive en la montaña, pero ella no sube, sólo da advertencias.

Esta vez no hay dinamita pero sí que cogen el azufre del Valle del Infierno para hacer pólvora para sus rifles.

La forma "sutil" que tienen de decir que un niño está gordo es que "camina lento".

La historia es diferente a las anteriores, aunque la idea viene a ser la misma, el señor malvado que quiere conquistar las tierras que le rodean. De hecho hay una diferencia importante y es que mata a los tipos que tiene capturados trabajando para él, de una manera bastante cruel además.

Otra diferencia es que sólo vemos a un señor, el malvado, pero oímos mencionar a otro (que se supone que es el bueno pero "no puede hacer nada por ayudar a sus campesinos").

En fin, con esto concluye la trilogía. Está bien, me han gustado las tres por igual. Esta última tiene a unos niños como el hilo conductor de la trama, lo cual la hace bastante diferente a las dos anteriores, pero en el momento en que la estatua cobra vida es exactamente lo mismo.