Aquí la titulamos "La rebelión".
Durante el régimen de Tukagawa en Edo habían 264 señores feudales que gobernaban a sus clanes. Estamos en uno de esos clanes, en el año 1725. Es un periodo de Paz y por ello prosperan las relaciones personales. El problema es que el señor quiere deshacerse de una de sus mujeres y quiere que se case con el hijo de Isaburo Sasahara, cosa que a él no le hace demasiada gracia pero su hijo Yogoro intercede para evitar problemas.
Está protagonizada por Toshirô Mifune (Isaburo Sasahara). Me pregunto cuántas películas hizo ambientadas en la época del Japón feudal haciendo de samurái.
En esencia lo sucedido es que un señor obliga a una mujer a casarse con él, ella se niega porque no le gusta (es demasiado mayor) pero como ha sido algo pactado no puede rechazarle. Acepta con la intención de que ninguna otra pase por ello y se queda embarazada, tras tener el hijo el señor decide tener a otra mujer y a ella eso le molesta. Pero no por celos, sino porque esa nueva chica, más joven, tiene aires de superioridad, se pelean y luego empuja y le da una bofetada al señor. Y como es un flojo decide deshacerse de ella casándola con el primer soltero que tiene a mano, básicamente.
Tenemos la dualidad de la esposa de Isaburo, una mujer que no para de hacerle reproches a la que odia profundamente a pesar de que llevan ya mucho tiempo juntos, y la de su hijo Yogoro, la rechazada que se adapta perfectamente a su nueva familia hasta el punto de hacer muy feliz tanto a su esposo como al padre.
Ojo, que todo el lío es por el qué dirán. Primero la obligan a casarse con un "vasallo" y luego la obligan a regresar al castillo porque el padre de su hijo ha muerto y ella debe estar a su lado porque es el heredero. Y la que arman para obligarla es para hacérselo mirar, primero quieren que sean ellos los que la ofrezcan, cosa que no funciona, luego meten a toda la familia para convencerles, de nuevo nada, y seguidamente le dicen a ella que de no ir al castillo Yogoro e Isaburo deben cometer harakiri. Es de locos.
Igual el error que cometen es haber cabreado a su mejor espadachín. Se creen que tienen razón y que lograrán salirse con la suya, la realidad es que pierden un montón de hombres por su estupidez suprema.
Definitivamente deberían haberse fijado un poco más en ella a la hora de hacer "The Last Samurai" (2003).
En el apartado positivo tenemos a Mifune haciendo gala de algunos de sus mejores escenas de acción samurái. No son demasiadas y están casi todas concentradas en la parte final, pero son más que satisfactorias.
En el negativo es que se me han hecho un poco pesaditos los tipos insistiendo una y otra y otra y otra vez a los Sasahara cuales son las órdenes de su señor. Pero bueno, tiene mucho sentido dentro del contexto de la trama.
Lo cierto es que dura 2 horas y me he quedado con ganas de más, una secuela hubiera sido interesante. Sin embargo sólo existe el remake "Jôiuchi: Hairyô zuma shimatsu" (2013).
Si te gusta el drama ambientado en un clan de Japón, es tu película. Si quieres ver matanzas sin sentido, mejor busca otra cosa, no van por ahí los tiros a pesar de que sí muere bastante gente.
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