jueves, 12 de diciembre de 2019

Pari e dispari (1978)

Aquí la titulamos "Par Impar".

Johnny es un marinero al que le asignan la misión de desarticular una banda de maleantes que se dedica a amañar apuestas. Su ayudante será Charlie, un conductor de camión que se hizo famoso años atrás por ser un gran jugador.

Hora de una comedia para aligerar la cosa que últimamente ha habido demasiado drama y terror en el blog. Se trata de la 12ª vez en la que coincidían Bud Spencer (Charlie Firpo) y Terence Hill (Johnny Firpo).

Hace poco comenté "Santo contra el rey del crimen" (1961) donde veíamos unas partidas de Jai Alai. Pero fue la película que nos ocupa la que me sirvió de introducción a este deporte en los años 80.

Hay un error de montaje en los primeros minutos, o al menos queda un poco raro. Va Charlie con el camión transportando el vehículo de Johnny y con él van una monja y un niño, seguidamente le vemos preparándose algo para comer y finalmente vuelve a estar en el camión con la monja y el niño pero transportando los delfines. Esencialmente grabaron la parte del camión y luego metieron una escena en medio para que así los dos protagonistas coincidiesen antes.

En la escena del bar Johnny apuesta que se puede beber todas las naranjas que exprima el dueño y éste se pone a exprimir como un loco. Me resulta muy molesto ver como usa un vaso diferente cada vez ensuciando unos 6 o 7.

La historia va tomando unos derroteros muy diferentes a medida que avanza.

Para empezar el hecho de que Johnny sea un marinero deja de tener importancia bastante rápido (hasta que lo menciona la última escena).

Un detalle curioso del principio es que dicen que es políglota en lenguas acuáticas, cosa que demuestra posteriormente (incluso hace una demostración  de delfinés).

Luego lo de que el tipo con el que tiene que contactar sea el mismo que conoció un rato antes y finalmente que resulten ser hermanos hace que todo sea demasiado conveniente.

Otro problema que le veo es que los malos son vapuleados una y otra vez por ellos, aparte que no paran de perder dinero por su culpa, y aún así cada vez que se los encuentran mantienen una relación cordial y siempre aceptan sus apuestas.

Pero bueno, dejando a un lado los errores de guión lo mejor de la película son las escenas de pelea. Y en ese sentido es excelente, de hecho la del barco que empieza con ellos dos pegándose entre sí es la mejor de todas.

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