El título se traduce como "Dabbe: el ataque de los Djinn".
Una psiquiatra llamada Ebru está documentando unos casos de personas que son atacados por Djinn para intentar darles una explicación científica. Por ello va con unas cámaras grabando a un exorcista llamado Faruk Akat.
La película empieza con un exorcismo a una mujer a la que ha poseído un Djinn, es algo que se ve en más detalle en "El-Cin" (2013), que aunque no forme parte de manera directa de la saga sí tiene una temática similar.
Como cada una de las partes anteriores está grabada en un estilo diferente. Éste concretamente se podría definir como "found footage", osea vídeos recobrados tras la desaparición o muerte de alguien en los que se puede ver qué le ha sucedido. De hecho se asemeja mucho a "The Taking" (2014).
A pesar de las similitudes con el de la tercera parte, no sólo hay fijas en un sitio. También las vemos dentro de un coche durante un pequeño viaje hace que vayan haciendo aparición lugares que podríamos denominar como místicos. En ningún momento resulta aburrida, incluye algunos sustos para amenizar la historia e incluso el simple hecho de perderse es intrigante.
La parte principal de la historia gira en torno a la confrontación de la escéptica poniendo en duda todo lo que va sucediendo y el creyente que trata de explicar las cosas usando sus propios términos.
El maquillaje de Kübra, la poseída, es bastante exagerado. Tiene unas ojeras enormes de color oscuro, la piel pálida y los labios cortados.
Los efectos especiales siguen siendo poco más o menos iguales que en el resto, con un poco más de calidad si eso. Básicamente el sonido puesto a tanto volumen que distorsiona, la cámara pegando bandazos e imágenes confusas. Viene a ser la manera de decirnos el director que ahí es cuando aparece un Djinn.
Pero vamos, son dos horas largas y se hace pesada al final. Aunque la historia es brutal, es la mejor hasta el momento. Pasemos a la quinta parte.
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