Hace mucho tiempo en China había una secta sagrada de vampiros kung fu con poderes superhumanos. Al morder a alguien no sólo les transferían dichos poderes sino que además hablaban mandarín fluidamente. En 1937 fueron capturados por los japoneses quienes pretendían usarlos a su favor, pero se negaron y los mataron a todos... salvo a uno. Tony Scott es un actor que se ve desesperado y necesita aprender Mandarín cuanto antes.
En realidad lo de que un actor estadounidense tenga que aprender chino para poder tener éxito en China no es tan y tan raro, de hecho más bien es lo que ya está pasando. Las superproducciones chinas están a la orden del día y poco a poco más actores se suman a ellas, pero claro han de hablar mandarín.
Es algo que me llamó la atención en "血鲨" (2020), que aunque no sea una gran película tenía una actriz occidental. Otro ejemplo sería Dave Bautista en "葉問外傳:張天志" (2018), no sé si su personaje habla en mandarín pero es curioso verle ahí.
En realidad aprender un idioma como el chino no es tan difícil, en un mes puedes decir un montón de cosas y entender otras tantas. El verdadero problema radica en si la persona tiene ganas de aprenderlo y si quiere simplemente hacerse entender o hablarlo de forma fluida. Aparte leerlo y escribirlo es relativamente fácil, hablarlo no tanto, pero todo junto es el infierno.
Tras 20 minutos de película lo único que ha hecho el vampiro es beber sangre de un vaso y mostrar un par de veces sus colmillos, los cuales están demasiado centrados. Parecen inspirados en "Nosferatu, eine Symphonie des Grauens" (1922).
Pasada esa marca empieza el festival de los mordiscos y aparecen los cazavampiros. Aunque hasta el minuto 40 no vemos al vampiro primigenio morder a alguien.
Entiendo, hasta un cierto punto, la necesidad de guardar las apariencias pero creo que una vez convertidos en vampiros que hablan chino ya pueden dejar de ir a clase y dedicarse a hacer cosas de vampiros que saben kung fu.
El cura y los cazavampiros me recuerdan a "Kárate a muerte en Torremolinos" (2003). Es prácticamente lo mismo. Lo que no me gusta que aparezcan tan poquito.
Está más cerca de una película casera que de algo serio. Lo peor son las peleas en las que hay cientos de cortes para darles dinamismo pero a veces simplemente no tenían ángulos y quedan muy mal. La historia en sí tampoco es nada del otro mundo, aunque el detalle del tipo que se ve obligado a aprender chino me ha gustado.
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