Lila, la hija de Rory regresa a la casa donde encerraron al Leprechaun 25 años atrás. Y, como no podía ser de otra manera, el pequeño obseso por el oro consigue liberarse volviendo a sus hábitos de asesinar gente de manera indiscriminada.

En el apartado positivo tenemos que es una continuación de la primera película de la saga. Se ve que es algo que está de moda pues también pasó con "Halloween" (2018). Personalmente creo que es una sandez.
Jennifer Aniston fue considerada para retomar su papel. El problema fue que no tenían presupuesto para contratarla. Qué sorpresa. Por otra parte a Warwick Davis sí le ofrecieron retomar el personaje pero no quiso porque ya no hace películas de terror.
De hecho el único que regresa de la primera película es Mark Holton (Ozzie). Y lo realmente curioso es que a pesar de las numerosas secuelas es el único actor que repite, aparte de Warwick Davis.

La película se desmarca de la típica historia de un monstruo asesino con detalles como que se aparece frente a los que va a asesinar sin más. También tiene el detalle de mostrar "fantasmas", en la película ni siquiera saben cómo definirlos.
Y tenemos el toque moderno de los jóvenes que no saben que hacer sin internet, uno usando un dron, el coche eléctrico... Cosas IMPRESCINDIBLES, vaya.

Con lo cual no sólo no veo el sentido de la película sino que no resuelve NADA porque no había nada que resolver en un primer lugar. Como dije en su día cada película es una historia en sí misma.
La película termina con un final abierto, o quizás con la intención de conectar mejor con las otras secuelas, a saber. En fin, no es la peor secuela, pero tampoco me ha parecido gran cosa.
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