Bill Pilgrim no para de dar saltos en el tiempo. Tan pronto está en su casa con su máquina de escribir, en un planeta remoto llamado Tralfamadore con una mujer o en plena Segunda Guerra Mundial.

Los saltos temporales están conectados de alguna manera. Por ejemplo de repente mira las botas de un soldado y aparece en la cama junto a su esposa, con sus botas a un lado.

La historia resulta un tanto compleja porque va saltando de un momento aleatorio a otro. La única parte que parece tener una cierta continuidad es la de la guerra, el resto son cosas que tienen algún tipo de paralelismo pero ocurren en momentos muy diferentes.
La escena más loca es la de la esposa que sale a toda pastilla con el coche provocando varios accidentes.

La aparición más inesperada es la de un militar americano nazi. Sí, sí, el tipo trata de reclutar a los prisioneros de guerra para los nazis con la excusa de que están luchando contra los comunistas, su enemigo común. Es una idea que, aunque tras la guerra estaba bastante extendida, durante ella en realidad se veía a los nazis como una amenaza mucho mayor, con lo cual no tiene ningún sentido ni siquiera que intente hacerles cambiar de opinión. Además es un iluso, dice algo así como "no bombardearán Dresdén porque hay un primo de Eisenhower cerca de aquí" y tal y como empieza el bombardeo le echa la culpa a los judíos. Todo muy lógico.

Es una película diferente. Pese a lo poco convencional que es hay un "malo", una "chica" y encima termina con un mensaje positivo. No sé que más se puede pedir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario