Aquí la titulamos "Matadero cinco".
Bill Pilgrim no para de dar saltos en el tiempo. Tan pronto está en su casa con su máquina de escribir, en un planeta remoto llamado Tralfamadore con una mujer o en plena Segunda Guerra Mundial.
Basada en la novela "Slaughterhouse five or the Children's Crusade" de Kurt Vonnegut Jr. publicada en 1969. En la vida real el autor fue prisionero de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. Se basó en sus experiencias para describir la captura de Billy por parte de los nazis y su posterior ingreso en un campo de prisioneros. El autor quedó muy satisfecho con el resultado final de la adaptación.
Los saltos temporales están conectados de alguna manera. Por ejemplo de repente mira las botas de un soldado y aparece en la cama junto a su esposa, con sus botas a un lado.
La bienvenida en el primer campo de prisioneros es un tanto disparatada. Para empezar salen los prisioneros que ya están allí cantando felices y acompañan a los americanos a una sala donde les han preparado una comida. Todo mientras los rusos les observan desde el otro lado de una valla de alambre de espino (la típica imagen de guerra).
La historia resulta un tanto compleja porque va saltando de un momento aleatorio a otro. La única parte que parece tener una cierta continuidad es la de la guerra, el resto son cosas que tienen algún tipo de paralelismo pero ocurren en momentos muy diferentes.
La escena más loca es la de la esposa que sale a toda pastilla con el coche provocando varios accidentes.
El título hace referencia al lugar en Dresden donde estuvo retenido el protagonista durante la guerra.
La aparición más inesperada es la de un militar americano nazi. Sí, sí, el tipo trata de reclutar a los prisioneros de guerra para los nazis con la excusa de que están luchando contra los comunistas, su enemigo común. Es una idea que, aunque tras la guerra estaba bastante extendida, durante ella en realidad se veía a los nazis como una amenaza mucho mayor, con lo cual no tiene ningún sentido ni siquiera que intente hacerles cambiar de opinión. Además es un iluso, dice algo así como "no bombardearán Dresdén porque hay un primo de Eisenhower cerca de aquí" y tal y como empieza el bombardeo le echa la culpa a los judíos. Todo muy lógico.
Me resulta interesante la manera en la que el protagonista se encariña del perro cuando es un cachorro y a medida que crece resulta ser su único compañero fiel. La esposa tiene algunos momentos bastante histriónicos, la hija es la única persona medio normal (aunque en la escena del autocine se comporta como una imbécil) y el hijo pasa por una serie de fases que tienen tela (la más destacable es la de peludo que un día le da por destrozar lápidas en un cementerio). Aparte tanto la madre como la hija odian al perro.
Es una película diferente. Pese a lo poco convencional que es hay un "malo", una "chica" y encima termina con un mensaje positivo. No sé que más se puede pedir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario