domingo, 27 de octubre de 2019

Der goldene Handschuh (2019)

Aquí la titulamos "El monstruo de St. Pauli".

Estamos en Hamburgo, en 1970, un hombre mata y descuartiza a una prostituta y esparce sus restos. La única pista que se tiene es que estuvo en un bar llamado "El guante dorado". Años más tarde el asesino conoce a Gerda y tras ver lo buena ama de casa que es le deja vivir con él.

Basada en la novela del mismo título escrita por Heinz Strunk y publicada en el año 2016.

Lo más curioso de esta película es que conozco un poco el lugar donde tiene lugar la acción. Me refiero al barrio de St.Pauli en Hamburgo, de casualidad estuve allí un par de veces cuando fui al Wacken, un festival de metal. Lo que más recuerdo son sus bares cutres y las calles con cines porno. Entrañable.

Fiete Honka, el asesino, muestra no tener ninguna empatía cuando ve a una mujer llorando al escuchar una canción y él es incapaz de comprender la razón. No sé si es para exagerar el carácter asqueroso del tipo pero tiene las paredes de su casa "decoradas" con fotos de mujeres desnudas.

La "relación" con Gerda está basada en la adicción por alcohol de ella y también en cierta manera en el miedo que le tiene. Me resulta del todo fascinante la escena en la que casi la mata y de repente se acuerda de su obsesión por la hija y decide meterle una salchicha en el coño. Precioso.

La estrategia del tipo es emborrachar a las mujeres (y a sí mismo), llevárselas a su casa y dejarlas fuera de sentido, posteriormente se las folla y según le de las mata o no.

Me acabo de dar cuenta de que para camuflar el mal olor tiene colgados de las paredes ambientadores de coche, de esos con forma de pino. He de decir que no funciona, nada más entrar una mujer lo primero que hace es mencionar lo mal que huele. Lo realmente curioso del tema es que ni él mismo soporta el olor.

Y eso me lleva a la parte que no acabo de entender y es que esconde los cadáveres despedazados en una especie de armarito en vez de deshacerse de ellos. Vale que encontraron los de su primera víctima fácilmente, pero digo yo que después de unos años podría haber depurado alguna técnica mejor que simplemente ir acumulándolos.

Lo cierto es que el tipo consigue salirse con la suya porque la mayoría de las mujeres que mata están solas y nadie se preocupa si desaparecen.

Es una historia correcta, con un final que me ha encantado por la simpleza pero a la vez lo inteligentes que son los vecinos para evitar confrontarse con Fiete.

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