Un tren va sin control y parte de su cargamento son productos tóxicos. Los esfuerzos para tomar el control son infructuosos y por ello tienen que coordinar una evacuación de las zonas por donde pasa para intentar sacarlo de las vías.
Se trata de la última película que dirigió Tony Scott previo a su fallecimiento. Es la quinta colaboración que tuvo con Denzel Washington (Frank) tras "Crimson Tide" (1995), "Man on Fire" (2004), "Deja Vu" (2006) y "The Taking of Pelham 123" (2009).
En el reparto también tenemos a Chris Pine (Will), conocido por "Star Trek" (2009). Rosario Dawson (Connie), una habitual de las serie Marvel en Netflix. Kevin Dunn (Galvin), un secundario reconocible que ha salido en "Warrior" (2010) y "Transformers" (2007). Y Ethan Suplee (Dewey), conocido por "American History X" (1998) y "Mi nombre es Earl".
Está basada en hechos reales. El incidente sucedió en el año 2001 en Ohio. El tren perdió el control de manera similar a como se ve en la película y también contenía la misma sustancia peligrosa en un par de sus vagones.
Hay un personaje que es un sabelotodo que básicamente "salva" la situación en un par de momentos clave. Aparece de repente y decide intervenir porque sí, me parece un poco demasiada casualidad.
No me ha gustado demasiado que prácticamente cada vez que aparece un tren en pantalla se le oye sonar la bocina. Es algo de lo que hace años me percaté que sucede en las películas de Hollywood con los coches. En esta ocasión hay muchos momentos donde resulta totalmente estúpido pues el conductor está pendiente de una maniobra complicada.
Otra cosa que me chirría es que intentan subir a un tipo descolgándolo desde un helicóptero y fallan. Para empezar yo hubiera ido por el morro, al menos parece más asequible. Al igual que lo de intentar coger el tren con un coche podrían haberlo intentado nada más empezar cuando aún no iba a gran velocidad, pero se lo piensan y mucho para fallar estrepitosamente.
Cuando por fin se acoplan empieza una especie de "lluvia de grava", Chris Pine lleva unas gafas protectoras pero Denzel no y trata de cubrirse los ojos contínuamente. Al cabo de un rato él mismo sale de la cabina y se pone unas gafas.
Algo que es diferente respecto a la realidad son los tanques de combustible bajo la curva del tren, los añadieron con CGI para darle un punto extra de peligro.
Los de las noticias se enteran de absolutamente todos los detalles en milisegundos. Es ridículo, parece que estuviesen viendo la película. Ah y tienen cámaras situadas en todas partes. Creo que Denzel lleva una en el ojete y todo.
Pero bueno, salvo todo ese cúmulo de detalles menores es una película bastante entretenida, en la línea habitual de Denzel/Scott.
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