miércoles, 22 de enero de 2020

Tarzan of the Apes (1918)

Un hombre y unos monos.

Estamos en 1886 en Inglaterra. Lord Greystoke se dispone a viajar a África junto a su esposa pero al llegar allí son abandonados en una selva. Tras un tiempo tienen un hijo y la madre muere poco después. Unos simios le roban el bebé al padre tras haber perdido el suyo.

Ahora sí que sí empiezo con una de las listas más largas de películas que tengo ganas de ver. La gran mayoría son títulos que no he visto y abarcan prácticamente todas las épocas.

Y nada mejor que empezar con un tema que apenas he tocado en el blog, Tarzán de los monos (como se le conoce en España). Recuerdo haber puesto películas turcas sobre él, como "Tarzan İstanbul'da" (1952) o "Tarzan Korkusuz Adam" (1974), pero son títulos casi anecdóticos aparte que forman parte de la infame Yeşilçam, la cual tengo bastante miedo de volver a visitar (tengo ya unos pocos títulos esperando, sucederá en un futuro lejano).

El creador del personaje fue Edgar Rice Burroughs. Vendió los derechos en 1916 por 5.000 dólares, más otros 50.000 en acciones de la compañía y un 5% de los beneficios. Muy tonto no era.

Se trata de la primera película que adaptó la novela. Posteriormente ha tenido un montón de versiones, de las cuales no he visto demasiadas.

Originalmente duraba 3 horas y estaba dividida en 3 partes. Sólo han sobrevivido unos 73 minutos.

Usaron animales reales, entre ellos destaca un león. Aunque también vemos un río llenísimo de cocodrilos, una manada de elefantes, gacelas, una pantera, hipopótamos, jirafas...

Existen varias historias sobre cómo murió el león y quién lo mató. La más peculiar es que fue Elmo Lincoln (Tarzan) durante la escena en la que el animal tenía que atacar a Jane tras entrar por una ventana pero se abalanzó sobre él y le clavó un cuchillo. Lo que sí sabe por cierto es que cuando lo matan en la película el animal ya estaba muerto.

A modo de introducción (supongo) muestran un par de veces imágenes de Tarzán en la selva antes de que le veamos nacer.

En la escena del secuestro algunos de los simios están interpretados por personas disfrazadas. Aunque hacen uso de ese recurso cuando les parece, a ratos Kala (la madre de Tarzán) es uno real.

Tres horas de duración son una barbaridad, la versión que nos ha llegado está bastante bien o al menos parece tocar todos los puntos fundamentales de la historia.

En general está bien, al ser muda se pierden algunos de los matices característicos del personaje pero el actor protagonista (tanto en su versión niño como adulto) me ha parecido una buena elección.

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