Janet y sus amigas acaban de encontrar una casa nueva para montar su hermandad. Resulta que la casa en realidad fue donde ocurrieron unos asesinatos unos pocos años antes. Por la noche deciden usar una ouija e invocan al espíritu del asesino.

Esta vez la dirige un hombre, Jim Wynorski, quien vio que los platós del estudio de Roger Corman estaban disponibles y con la ayuda de la esposa de Corman rodó la película allí sin decírselo a Roger. Cuando él vio el resultado resultó muy satisfecho y eventualmente los Corman decidieron que fuese una secuela a pesar de no tener nada que ver con la primera película.

El vecino (Orville Ketchum) es, obviamente, un personaje para engañar al espectador y hacerle creer que será el asesino. Claramente no lo será. La película que mira en un momento dado es "Hollywood Boulevard" (1976).
Veamos, siguiendo con las cosas comunes en la saga tenemos unos cuantos desnudos (todas salen en topless o duchándose). No es una directora esta vez porque técnicamente no pertenece a la otra serie a pesar de ser la primera que las conecta.

Muchas transiciones son una imagen del cielo nublado y un rayo dibujado de manera muy cutre mientras suena un trueno.
La policía recibe una llamada de una casa donde años atrás y se ponen a investigar a un tipo que era su vecino y fue el primero en llegar al lugar del crimen en vez de ir a ver qué pasa. Al día siguiente se pasan por allí para recoger los cadáveres. Muy lógico todo.

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