sábado, 20 de octubre de 2018

Smokey and the Bandit II (1980)

Aquí la titulamos "Vuelven los caraduras".

Han pasado unos años desde la carrera de las cervezas de Bandit y Snowman. Big Enos y su hijo Little Enos les proponen transportar una elefante embarazada a través del país en 3 días y aceptan.

Repiten los protagonistas de la anterior película. A ellos se agrega Dom DeLuise (Doc) quien reaparecería junto con Burt Reynolds en "The Canonball Run" (1981).

Jackie Gleason (el Sheriff Justice) se encontraba mal y por eso filmaron sus escenas primero de la manera más rápida posible. Aún así interpretó a tres personajes.

Según Sally Fields es su peor película. De hecho no regresó para la siguiente secuela. Además la escena en la que rompe con Bandit la escribió ella misma porque quería expresar sus sentimientos hacia Burt Reynolds con quien terminó su relación en la vida real poco después.

Burt Reynolds la considera una secuela innecesaria y no disfrutó lo más mínimo grabándola. Dijo también que fue cosa de la productora para poder sacar algo más de dinero aprovechando el éxito de la primera película.

Estoy seguro de que el perro que lleva Snowman es otro. Apenas le prestan atención, pero vamos no se parece al de la anterior película.

La historia tiene un arranque bastante poco intenso. Para empezar no parece que les den una fecha concreta en la que iniciar la "carrera" con lo cual se toman con cierta pachorra el período de recuperación de Bandit tras su etapa alcohólica. Aparte el Sheriff tampoco parece tener excesivo interés en ir a capturarle. Con lo cual hasta pasados 25 minutos no empieza la historia en sí.

Pasada una hora las persecuciones brillan por su ausencia. De hecho vemos más escenas de los protagonistas parados que en movimiento.

Empiezo a entender el problema que tienen algunos con Dom DeLuise. Para empezar se hace pasar por italiano (porque sí) y no-tiene-ninguna-gracia.

La montaña rusa que destruyen había sido considerada como que tenía un estado poco seguro y la iban a derribar de todas maneras.

Contiene una de las mayores persecuciones con coches de la historia del cine. Se calcula que unos 60 conductores especialistas usaron más de 100 coches y camiones. En total los daños causados por la destrucción ascendió a unos 250.000 dólares. Claro que esta vez Pontiac les proporcionó 10 Trans Am y 55 Bonneville sin problemas. Además consiguieron un montón de Le Mans porque una compañía de alquiler de coches quería deshacerse de ellos al descubrir que no tenían aire acondicionado.

Tiene el récord del salto más largo de un coche que usa su propio motor. Concretamente usaron un Dodge Monaco de 1974, lo conducía el especialista Gary Davis y saltó unos 50 metros. El conductor resultó dañado en una vértebra tras el salto.

Es bastante inferior a la primera película, parece hecha sin demasiadas ganas ni interés. Y aún así hicieron una tercera parte. Pasemos a ella.

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