Han pasado siete años desde que la muerte de los padres de Damien. Ahora vive con sus tíos y su primo Mark en EEUU. Otra tía suya llamado Marion afirma que es una mala influencia para su primo e insta a sus nuevos padres para que les manden a diferentes escuelas, pero ellos se niegan en redondo.

Originalmente el director era Mike Hodges pero por discrepancias creativas lo despidieron y contrataron a Don Taylor.

Para Jonathan Scott-Taylor (Damien Thorn) es su título más relevante. Iba a protagonizar la tercera película cuando la tenían previsto producir en 1979 pero fue cancelada debido a las bajas audiencias de ésta. Tras unos pocos títulos más se retiró de la actuación para hacerse abogado.

El fracaso de esta secuela se puede deber a muchas circunstancias aunque en parte es porque algunos de los actores no se llevaban demasiado bien entre ellos, el cambio de director y que William Holden estaba en plena etapa etílica cuando la rodó.

Lo de la tía que sabe que Damien es malvado tiene un cierto sentido porque habrá llegado a esa conclusión tras 7 años, pero poco a poco más y más gente descubre que es el demonio y eso es un tanto molesto. Además matan a algunos sólo porque se interponen en sus planes, lo cual atrae mucho la atención. No digo que no sean muertes interesantes, algunas son brutales (como la del pájaro sacándole los ojos a la periodista y su posterior atropello o la del doctor en el ascensor), pero quizás excesivas.

En fin, pasemos a la tercera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario