Aquí la titulamos "La maldición de Damien".
Han pasado siete años desde que la muerte de los padres de Damien. Ahora vive con sus tíos y su primo Mark en EEUU. Otra tía suya llamado Marion afirma que es una mala influencia para su primo e insta a sus nuevos padres para que les manden a diferentes escuelas, pero ellos se niegan en redondo.
Empieza el lío de títulos, no sé por qué lo cambiaron. Personalmente opino que tanto en la VO como el que le pusimos aquí le hace un flaco favor a la secuela y la cosa va a peor con las siguientes partes.
Originalmente el director era Mike Hodges pero por discrepancias creativas lo despidieron y contrataron a Don Taylor.
En el reparto tenemos a William Holden (Richard Thorn), salió en "Network" (1976) y en "The Wild Bunch" (1969). A Lee Grant (Ann Thorn), salió en "Airport '77" (1977) y en "Valley of the Dolls" (1968). Y a Lance Henriksen (Sargento Neff), a quien no le gustó el resultado final.
Para Jonathan Scott-Taylor (Damien Thorn) es su título más relevante. Iba a protagonizar la tercera película cuando la tenían previsto producir en 1979 pero fue cancelada debido a las bajas audiencias de ésta. Tras unos pocos títulos más se retiró de la actuación para hacerse abogado.
El único actor que reaparece (brevemente) de la anterior película es Leo McKern (Carl Bugenhagen). De hecho es el único que sale en más de un título de esta saga.
El fracaso de esta secuela se puede deber a muchas circunstancias aunque en parte es porque algunos de los actores no se llevaban demasiado bien entre ellos, el cambio de director y que William Holden estaba en plena etapa etílica cuando la rodó.
Cambiaron al simpático perrito de la primera película por un cuervo negro. Siendo el "hijo de un chacal" tiene más lógica que sea un cánido.
Lo de la tía que sabe que Damien es malvado tiene un cierto sentido porque habrá llegado a esa conclusión tras 7 años, pero poco a poco más y más gente descubre que es el demonio y eso es un tanto molesto. Además matan a algunos sólo porque se interponen en sus planes, lo cual atrae mucho la atención. No digo que no sean muertes interesantes, algunas son brutales (como la del pájaro sacándole los ojos a la periodista y su posterior atropello o la del doctor en el ascensor), pero quizás excesivas.
En realidad la muerte de su madre al final carece de sentido, una vez muerto el padre podrían haber cogido las dichosas dagas y esconderlas o destruirlas y arreglado. Pero no, tenían que dejar un final casi igual que el de la primera película.
En fin, pasemos a la tercera.
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