Estamos en 1887, en Yokohama. Tras pasar un tiempo lejos de su dojo Sugata Sanshirô ha dado muestra de la superioridad de su judo, sin embargo los karatekas y los boxeadores están ganando gran popularidad. Él decide regresar con sus antiguos compañeros de dojo y al llegar descubre que una pareja de hermanos karatekas quieren obligarle a pelear.

Y es que de la manera en la que termina la primera película da pie a una continuación, aunque no sea del todo necesaria.
Esta vez sí hay copias íntegras aunque he de decir que la que he visto yo tiene una calidad bastante mala de imagen y sonido.
Me llama la atención el uso de un actor que habla en inglés en el comienzo de la película. No conozco demasiado a fondo el cine de Kurosawa pero sí recuerdo otro título donde no todo es en japonés, concretamente "Dersu Uzala" (1975) donde hablan también en ruso.

En un momento dado un maestro hace una demostración de técnicas de derribo de judo usando una botella atada a un cordel y diciendo sus nombres. He reconocido más de una y eso que hace décadas desde mi última lección de judo.
Curiosamente al igual que en la anterior la última escena fue grabada también en exteriores. Lo cual en esta ocasión resultó un tanto problemático pues uno de los actores lucha descalzo y entre toma y toma le tenían que llevar hasta una hoguera para desentumecerse los pies.

La primera película tiene una historia muy sólida y cada personaje está bien encajado. Aquí algunos están como si no y aunque visualmente es muy interesante no veo una evolución y/o desarrollo del protagonista tan buena. Como dije antes no conozco toda la filmografía de Kurosawa pero tengo la impresión de que esta fue la única secuela que dirigió.
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