De ésta sé más bien poco a priori.
Rose Miller quiere ser una diseñadora de moda pero de momento trabaja para un diseñador que sólo hace que menospreciarla y sus compañeras de trabajo la insultan por su aspecto físico. Tras un accidente queda desfigurada y un médico le ofrece la posibilidad de someterse a una operación experimental.
De hecho la elegí porque la protagonista es Laura Vandervoort (Rose Miller), una actriz que me impresionó en la serie "Bitten" (aunque me quedé en la 2ª temporada de las 3 que tuvo) y que ha salido también en "Smallville" y en "Jigsaw" (2017).
Se trata del remake de "Rabid" (1977) una película de David Cronenberg que me dejó con muy buen sabor de boca.
La protagonista parece tener un imán para los accidentes. De pequeña estuvo en uno que mató a su familia y le dejó unas cicatrices en la cara. Nada más empezar la película está a punto de tener otro y apenas pasados 10 minutos un camión se la lleva por delante. Igual no hacía falta tanto, yo creo que con el último hubiera sido más que suficiente.
La manera en la que se visten los médicos que realizan la operación a la protagonista es parecida a la de los miembros de una secta a punto de hacer algún tipo de ritual.
Intentan darle algún tipo de periodo de gestación pero lo que consiguen es que parece que se hayan olvidado de un personaje y de repente digan "oh, ¡si aún no hemos sacado al primero que mordió!".
La pesadilla de las enfermeras sadomaso me ha recordado a "Silent Hill". Y cuando la cara de Rose se convierte en una boca enorme llena de dientes es como la ballerina dentata.
Es divertido ver como se propaga la plaga y los policías la contienen a base de cargarse a la gente infectada antes incluso de saber qué está pasando.
La original le pega mil vueltas, aunque eso debería ser la primera frase que describa prácticamente cualquier remake moderno. Su apartado más flojo, sin embargo, son los efectos especiales. Aunque es de agradecer el que no hayan echado mano de CGI.
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