miércoles, 13 de noviembre de 2019

The Man Who Laughs (1928)

Aquí la titulamos "El hombre que ríe".

Estamos en Inglaterra durante el Siglo XVII. Barkilphedro es el bufón del rey Jacobo II, pero sus bromas eran crueles y su sonrisa falsa. El rey obliga a que un cirujano le ponga una sonrisa permanente al hijo de un traidor como castigo.

Desde hace ya un tiempo quiero ver esta película principalmente porque se la cita como uno de los orígenes del personaje del Joker. Y lo primero que veo en su cartel es que es una adaptación de una historia de Victor Hugo.

Está protagonizada por Conrad Veidt (Gwynplaine / Lord Clancharlie), quien salió en "Casablanca" (1942) y "Das Cabinet des Dr.Caligari" (1920). Destacan también Olga Baclanova (Duquesa Josiana), quien años más tarde aparecería en "Freaks" (1932). Y Mary Philbin (Dea), salió también en "The Phantom of the Opera" (1925).

Es curioso que en los créditos también aparezca el perro, de nombre Homo en la película pero que realmente se llamaba Zimbo.

Me llama la atención que llamen a la dama de hierro (iron maiden), la tortura medieval, la señora de hierro (iron lady).

Me fascinan los diferentes escenarios en los que transcurre la acción. Algunos son bastante grandes y llenos de detalles.

Aparecen los comprachicos (es el nombre que les dan en VO), unos gitanos que se dedican a robar niños para deformarles la cara y así convertirles en bufones y por ello son expulsados del país.

Aunque le vemos sólo breve Gwynplaine de niño tiene ya la perturbadora sonrisa que caracterizará a su personaje. Me ha sorprendido lo bien hecho que está porque su boca no se mueve. De hecho en la versión adulta también la mantiene incluso cuando se la tapa con un trozo de tela.

Es una película muda pero la versión que he visto incluye no sólo la típica música acompañando a la acción sino también voces de fondo en momentos puntuales. Incluso se pueden llegar a entender algunas de las palabras que dicen. He de decir que no está perfectamente integrado, pero resulta realmente curioso.

A pesar de lo popular que es el protagonista y su número hasta pasados 45 minutos no vemos la obra en sí. Y es en ese momento, con la cara pintada de blanco y su pelo peinado hacia atrás, es cuando más se parece al Joker.

Es una película que no se le ha dado el mismo crédito que otras como "The Phantom of the Opera" (1925) o "The Hunchback of Notre Dame" (1923), y en mi opinión está a su altura.

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