viernes, 15 de noviembre de 2019

Spartacus (1960)

Aquí la titulamos "Espartaco".

Espartaco ha sido un esclavo romano toda su vida. Tras trabajar en una cantera termina siendo comprado por Batiatus quien le entrena como gladiador. Pero tras la primera pelea a muerte se rebela y se unen a él todos los esclavos.

Hace años vi las series y me quedé con ganas de volver a rescatar la película clásica pero al final se me pasó.

Dirigida por Stanley Kubrick. Es la quinta de las 13 películas que conforman su filmografía, es interesante que fue una de las que no participó en la concepción del guión ni tampoco hizo la labor de productor.

En el reparto destacan los nombres de Kirk Douglas (Spartacus), Laurence Olivier (Crassus), Charles Laughton (Gracchus), Peter Ustinov (Batiatus), Herbert Lom (Tigranes Levantus) y Tony Curtis (Antoninus).

Hay un montón de versiones con diferentes duraciones (destacan las restauradas de 1991 y 2015). La original dura 184 minutos, creo que es la más común.

Fue rodada en Alcalá de Henares.

La película tarda 8 minutos en comenzar. Esto es debido a que tiene un preludio musical y luego empiezan los créditos de inicio. En ellos me ha llamado la atención especialmente que Kirk Douglas sea un productor ejecutivo.

La opulencia de quienes ostentan el poder está plasmada en escenas como la de la mujer que quiere ver a unos hombres peleando a muerte sólo por su diversión, al precio que sea.

A medida que avanza la historia no tengo muy claro qué posición del senado romano es la buena y cuál la mala. Es una lucha de poderes en la que lo único que miran es salvar su propio culo hundiendo al de sus rivales.

La escena del enfrentamiento entre el ejército de Roma y el de los esclavos me ha recordado mucho a "Braveheart" (1995). Salvando la diferencia espacio/temporal viene a ser un combate muy parecido, aparte que la manera en que lo enfocan al principio mientras van disponiéndose los romanos es similar. A ese respecto es realmente fascinante ver la sincronización de tantos soldados.

En mi opinión los esclavos hubieran tenido más oportunidades enfrentándose a los dos grupos de soldados que les iban rodeando en el sur que yendo hacia Roma.

La parte de las crucifixiones no la recordaba, al menos no de la película (sí de la serie). De hecho no me importaría volver a verla para poder compararlas debidamente, pero es algo que no va a ocurrir.

Sus tres horas largas de duración no ayudan demasiado a la hora de verla del tirón, aunque no se hace pesada porque van pasando por diferentes situaciones. De hecho lo realmente curioso es que al terminar me he quedado con ganas de más porque aunque es el final de la historia de Espartaco hay personajes de los que me hubiera gustado conocer su destino.

Muchas de las cosas que parecen anacronismos no lo son. Por ejemplo llamar Italia al país, hay teorías que sostienen que ya tenía dicho nombre en la época romana. O las enormes cantidades de sextercios que mencionan a lo largo de la película parecen estar basadas en precios reales.

Es una historia trágica y como tal tiene momentos de alegría y de tristeza. Pero sobre todo es épica, centrándose en los hechos relevantes sin caer en banalidades ni escenas de relleno (como canciones o bailes). Y creo que esa es su grandeza.

1 comentario:

  1. Aquí sólo voy a poner una cosa: peliculón del maestro Kubrick (otro de mis preferidos), qué manera de manejar los distintos géneros (creo que fue de los más variados en este sentido); y eso que al principio iba a ser otro el que se iba a sentar en la silla de director: Anthony Mann (creo que era el marido de Sara Montiel por esa época), que llegó incluso a dirigir algunas escenas.

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