Han pasado cuatro años desde el inicio del apocalipsis zombie en Corea del Sur. Algunos lograron escapar y todos tienen alguna historia trágica que contar. Ahora un grupo de maleantes se dispone a volver a Corea para recuperar un camión con 20 millones de dólares.
Este es otro de los pocos títulos que tenía ganas de ver este año, aunque he de decir que no tengo demasiadas expectativas porque tratándose de una secuela de una película de bastante calidad raras veces merecen la pena.
Técnicamente hablando no es una secuela sino otra historia que transcurre en el mismo “universo”. La acción tiene cabo cuatro años tras la anterior película, lo cual coincide con el tiempo que ha pasado entre ambas en la vida real.
La escena del barco me recuerda a “[REC] 4: Apocalipsis“ (2014).
Tras cuatro años uno podría pensar que los gobiernos de las naciones circundantes se habrían organizado para hacer limpiezas de la península de Corea hasta eliminar por completo los zombies. Pero qué va, siguen campando tan panchos. De hecho los manejan como si fueran ganado usando luces y sonido, no debería ser TAN difícil acabar con ellos si se ponen.
Que el primer coche que encuentren lo consigan arrancar tras arreglar la batería (o al menos eso parece) tiene sentido, pero cuando aparecen los zombies en masa y el protagonista dispara a unos coches aleatorios haciendo saltar su alarma a mí no me cuadra.
No sé hasta qué punto ha usado el coche la chica que se encuentran pero por la manera que tiene de conducir las ruedas no le durarían ni dos días. Y eso dando por supuesto que los diversos zombies con los que choca no acaben por dañar el coche demasiado.
Luego está el hecho de que las calles por las que va están muy despejaditas, para que pueda pasar un vehículo grande (una camioneta por ejemplo) sin problemas, sin embargo en un rato se carga a tropocientos zombies que van por en medio, deberían haber cadáveres por todas partes.
La parte en la que los del 631 regresan a la base me ha recordado a “The Last of Us 2”. De hecho toda la situación recuerda al juego, un grupo armado y medio organizado, otro separado y disperso al que llaman “Wild Dogs” y el protagonista en medio de todo el embrollo.
Las secuencias de coches resultan demasiado irreales, están aceleradas o creadas por ordenador, apostaría por esto último. Además en la parte final repiten la escena de los zombies girándose al ver una luz un montón de veces.
Según he leído la película de zombies coreana que lo ha petado este año es “#Saraitda” (2020), la veré en cuanto pueda. Esta en cambio ha pasado sin pena ni gloria, no está a la altura de su predecesora ni de coña.
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