Estamos en ciudad de México, en 1909. Un grupo de indios del estado de Morelos acuden allí para tener una audiencia con el presidente Porfirio Díaz. Alguien ha usurpado sus tierras y el presidente les pide que verifiquen los límites de la zona de la que son dueños. Entre ellos se encuentra Emiliano Zapata.

A Anthony Quinn no le pareció demasiado bien que Marlon Brando se llevase el papel protagonista porque por sus facciones el daba mejor el pego como Zapata. Así que se lo jugaron a ver quien podía mear más lejos en el Río Grande y perdió Quinn. Claro que después ganó el Oscar al actor de reparto.

La primera muestra real de poder sucede pasados unos 35 minutos, concretamente cuando la policía trata de detener a Emiliano y los aldeanos les acompañan hasta que aparece el hermano y se dan cuenta de que lo mejor es que lo liberen. Es lo que hace que cambie la actitud de un pueblo que estaba esperando pacientemente.

No conozco prácticamente nada sobre la vida de Zapata, sé que es alguien notorio en México pero poco más. Esta película muestra cómo surgió de la nada y se convirtió en un líder de los que no eran nadie y así lograron plantarle cara al gobierno corrupto de entonces.
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