Seguimos con otra española.
Estamos en la fraga de Cecebre. Xan de Malvís es un jornalero quien decide hacerse el bandido de un bosque. Su amigo Geraldo es un pocero que está enamorado de Hermelinda pero su pierna ortopédica es un gran impedimento. Por otra parte está Fuco, un niño que se dedica a robar carbón para ganarse la vida.
Me encanta revisitar el cine de José Luis Cuerda de vez en cuando, especialmente películas que apenas recuerdo pero tengo la sensación de que la disfruté en su momento. Ésta sería un gran eemplo de ello.
De hecho se trata de su segunda película aunque hizo tres para televisión y la siguiente fue "Amanece, que no es poco" (1989) de la que hice una entrada no hace demasiado.
Del reparto destacan los nombres de Alfredo Landa (Malvís / Bandido Fendetestas) en uno de sus papeles más memorables. Tito Valverde (Geraldo), protagonizó "El Comisario". Fernando Rey (Sr. D'Abondo), conocido por "Tristana" (1970), otra que tengo pendiente. Miguel Rellán (Fiz de Cotovelo), salió en "Amanece, que no es poco" (1989). Amparo Baró (Amelia Roade), conocida por "7 vidas". Manuel Alexandre (Roque Freire), conocido por "Los ladrones van a la oficina". Luis Ciges (Loco de Vos), protagonizó "El milagro de P.Tinto" (1998).
Malvís vive obsesionado con dos cosas principalmente, no dar un palo al agua y fumar. Geraldo sólo piensa en Hermelinda quien termina por irse a La Coruña. Fuco por su parte aparece poco, es su hermana quien protagoniza algunas de las escenas más memorables.
De hecho la escena en la que sube al tren y arranca antes de que pueda bajarse no debería haber sucedido. En el andén falta una persona que de el visto bueno para que le tren emprenda la marcha. Supongo que siendo una estación tan pequeña es mucho pedir.
En la novela original los animales y las plantas se comportaban como humanos, es la principal diferencia con la película. Imagino que era demasiada fantasía para una historia que de por sí funciona.
Aún así hay elementos mágicos como apariciones fantasmales, una meiga y la santa compaña. Todo muy gallego, cómo no.
Es una película sobre un lugar aislado donde la gente vive de lo poco que puede producir y donde las cosas son más sencillas, pero no por ello más fáciles.
Me ha gustado mucho volver a verla. Es una de esas películas españolas que me gusta volver a ver cada ciertos años.
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