Estamos en 1931, tras fracasar como boxeador, torero y bailarín Mario Moreno descubre que su verdadera vocación es la comedia.

Además el hecho de haber elegido a Óscar Jaenada (Mario Moreno Cantinflas) no sentó nada bien en México pero no por el hecho de no ser mexicano sino porque no supo captar el humor propio del país. He de decir que he visto algún monólogo mexicano y cuesta MUCHO entender su humor a ratos así que comprendo perfectamente a qué se refieren.
Para mí Cantinflas fue uno más de los cómicos de mi niñez/juventud. He visto multitud de sus películas (aunque en el blog hay bien pocas) y me encantan. Además no es sólo su humor, es el mensaje que suele aportar con sus personajes.

Atentos a la aparición de Javier Gurruchaga (José Furstenberg). Y el cameo del director Sebastian del Amo como Yul Brynner.
En sus primeras películas (y también en las obras de teatro) el principal escollo que tuvo que sortear Cantinflas es que él siempre quería improvisar y hacer suyos los personajes. Pero a algunos directores no les parecía bien, aunque terminó por demostrarles que tenía razón y eventualmente consiguió un productor que confiaba plenamente en su capacidad de decisión.

Durante los créditos finales recrean la escena de baile de "El bolero de Raquel" (1957).
Está bien, lo que más me ha gustado es la parte del sindicato y cómo Cantinflas supo imponerse a la corrupción. También el momento en que decide participar en la película que le valió un Oscar al mejor actor y se planta en el restaurante de Los Angeles.
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