Philippe Douvier decide asesinar al Inspector Clouseau para demostrar que sigue siendo poderoso. Tras un par de intentos fallidos lo logra, o eso parece. Clouseau decide aprovechar la circunstancia de su muerte para poder averiguar quien fue su asesino ayudado por Cato.
Fue la última película de la saga en para Peter Sellers debido a su fallecimiento en 1980. Había planteada una más cuyo título iba a ser "Romance of the Pink Panther".En el reparto destaca el nombre de Robert Webber (Philippe Douvier), salió en títulos como "The Dirty Dozen" (1967), "12 Angry Men" (1957) o "10" (1979), en la que repetiría con el director Blake Edwards.
Por su parte Graham Stark cambia de personaje, aquí interpreta al Dr. Auguste Balls (el dueño de la tienda de disfraces), hasta ahora había sido Hercule, el ayudante de Clouseau.La canción que canta Clouseau al principio, cuando está probándose el disfraz de enano, es la misma que cantaba Omar Shariff en la anterior película cuando se acuesta con la rusa.
La primera pelea con Cato esta vez es más caricaturesca y por primera vez incluye a un asesino real que sufre las consecuencias.En realidad no explican como sigue vivo Dreyfus tras su desintegración en la anterior película. Simplemente aparece en un centro psiquiátrico y recobra el estatus de jefe de inspectores tras la aparente muerte de Clouseau.
La novedad esta vez es que Dreyfus no para de cruzarse con Clouseau y cree que es cosa de su conciencia por alegrarse de su muerte.Tampoco queda muy claro qué pistas sigue Clouseau, simplemente va poniéndose disfraces ridículos y apareciendo en diferentes lugares.
Peter Sellers mira en más de una ocasión a cámara rompiendo la cuarta pared.
Para interpretar al "Padrino" Clouseau dice en italiano "Mamma Mia!", "Spagettini del Al Pacino!" y "Viva Zapata!".Definitivamente es la película de la saga que más disfraces se puso Peter Sellers, los hay de todo tipo.
La historia en sí no hay por donde cogerla porque al final todo se resume en buscar el gag visual o el chiste y por ello no hace falta darle demasiadas vueltas. Aún quedan algunos títulos, pasemos al siguiente.
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