Aquí la titulamos "Los inmortales: En busca de la venganza".
En el año 125 Colin fue aceptado como uno más del clan MacLeod tras su muerte en combate a su lado. En el 2187 llega a una ciudad para cobrar la recompensa por matar a un inmortal y resulta estar gobernada por Marcus Octavius, un antiguo rival que asesinó a su primera esposa.
Es una historia única que no tiene nada que ver con las películas (protagonizadas por Connor MacLeod), la serie de acción real (protagonizada por Duncan MacLeod) ni la de animación (protagonizada por Quentin MacLeod), por lo que he podido entender. Aunque guarda algunas semejanzas con ésta última.
Dirigida por Yoshiaki Kawajiri, suyas son un segmento de "The Animatrix" (2003), "Vampire Hunter D: Bloodlust" (2000) y "Jûbê ninpûchô" (1993).
Las bocas están animadas según los diálogos en inglés. Es algo muy raro dado que se trata de una animación hecha en Japón. Lo curioso del tema es que en EEUU decidieron cortar unos 7 minutos.
Sigue teniendo el mismo problema que algunas de las secuelas, abusan de los flashbacks e incluso repiten algunos. Pero es que encima esta vez sólo narran los enfrentamientos entre los dos personajes principales a lo largo de los siglos. Y no son tan apasionantes como uno pudiera imaginar, son todos esencialmente iguales.
Lo único que merece la pena es el estilo de animación. Y el fantasma que le da por culo continuamente al protagonista, al menos hace digeribles los interminables flashbacks.
En fin, se acabó lo que se daba. Otra saga de la que sólo se salva la primera película. Pasemos a otra cosa porque vaya tela.
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