Hospital Massacre (1981)

También conocida como "X-Ray".

En 1961 el hermano de Susan fue asesinado. En 1980 un médico empieza a matar gente en un hospital el mismo día que ella va a recoger unas pruebas médicas.

El director Boaz Davidson hace un cameo como el doctor que está esperando para usar el teléfono. Fue elegido porque el anterior director no puso el dinero que prometió para la producción.

Atentos a la breve aparición de Elizabeth Hoy (Susan de niña). Es una actriz que abandonó pronto el mundo del actuación pero hizo un papelón en “Bloody Birthday” (1981) y salió en “The Blues Brothers” (1980).

Grabada de noche en un hospital real abandonado.

La película va jugando con diferentes posibilidades sobre quién es el asesino, dándonos pequeñas pistas para liar un poco al espectador. De hecho es lo mejor de esta película ya que las muertes no me han parecido especialmente interesantes (a pesar de su variedad).

Bueno, eso y ver a la protagonista en bragas siendo examinada minuciosamente por uno de los doctores. Esa escena congregó a más gente de lo normal durante el rodaje, según explicó el director.

La verdad es que la confirmación de que el asesino era el niño del principio me parece un tanto superflua. Más aún teniendo en cuenta que los actores que hacen de sus versiones adultas no se parecen en nada, especialmente ella.

Entiendo hasta un cierto punto que el tipo quiera matar a la chica, porque está obsesionado con ella y tal, pero lo de empezar a matar gente en el hospital de forma aleatoria no lo acabo de ver. Más allá de para poner algo de contenido en la película no entiendo muy bien sus motivaciones. Podría haber cogido a la chica en cualquier momento y hacer con ella lo que quisiera, no era necesario montar todo el drama de la enfermedad mortal. En la primera escena mismo, cuando detiene el ascensor, se mete con ella, la mata y fin.

Pero bueno, está bien. Parece ser que la sacaron con prisas aprovechando la moda de los slasher a principio de los 80 y es básicamente lo que ofrece, muertes a cascoporro sin demasiado sentido y el típico asesino implacable.