Un asesino se dedica a actuar durante los conciertos de un grupo de rock llamado The Clowns. La policía no sabe qué hacer y los del grupo no se muestran demasiado colaborativos precisamente así que deciden poner a una chica infiltrada para que los espíe.

The Clowns era una banda real pero su nombre era The Names. Parecen unos clones de KISS.
La iluminación es su punto más débil, en su mayor parte es muy oscura porque casi todo está grabado en interiores o de noche. Lo cual ayuda a la hora de no poder identificar al asesino a pesar de tenerlo muy cerca de la cámara (porque va pintado).

Su final es penoso, y eso siendo generoso. Y la película en general es de las que mejor ni tocarlas, qué cosa más aburrida. No sabía muy bien qué esperarme pero dado que no es un título conocido tampoco me sorprende que sea tan poco interesante.
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