martes, 11 de agosto de 2020

Kılıç Aslan (1975)

También conocida como "The Sword and The Claw".

El Rey Solomon ha vencido a sus enemigos y les ofrece la posibilidad de firmar un tratado de paz. Pero los de Bizancio no le quieren como rey y le tienden una trampa y lo asesinan aunque su bebé recién nacido se salva y se queda viviendo con unos leones.

Regresamos al cine del mejor actor turco de todos los tiempos, Cüneyt Arkin (Süleyman Sah/Kiliçaslan), siempre desde mi punto de vista, claro, que tampoco es que conozca demasiados. De hecho una manera de definirlo sería el Chuck Norris turco. Son ya numerosos los títulos suyos en el blog, no podía evitar agregar alguno más.

La primera curiosidad es que no se trata de un remake (por llamarlos de alguna manera) de una película estadounidense. Eso ya resulta raro de por sí. Aunque tiene reminiscencias de Tarzán, pero es una historia muy diferente.

Las actuaciones son bastante malas y está llena de escenas realmente mal hechas. De hecho dejan cosas fuera de cámara sin demasiado sentido pues es obvio qué está sucediendo, por ejemplo cuando el rey tiene sexo con la princesa (porque ella está obsesionada con él) y la deja embarazada.

La calidad de la imagen deja también mucho que desear, aunque hay ratos en los que se ve medio bien.

Usan espadas de madera y armaduras de plástico (los cascos son estilo romano pero en realidad son los típicos de construcción pintados y con unos cachos de plástico pegados). Esta gente nunca decepciona.

Por supuesto los personajes que interpreta Cüneyt Arkin son los putos amos. Primero es el rey al que no consiguen matar a pesar de clavarle flechas y espadas por doquier. Luego es el hijo quien asesina usando sus manos a modo de garras, da supersaltos y es capaz de cargarse a un montón de enemigos sin pestañear.

Me llama la atención que uno de los personajes principales se llame Altar porque hace tiempo vi una película turca titulada “Altar” (1985) que viene a ser un remake de Conan, aunque no tienen nada que ver.

La parte en la que descubren que son hermanos es un descojone continuo. Desde los trampolines a la ensalada de mamporros que se llevan los masillas he terminado llorando de la risa. Dicho sea de paso es una parte que parece la inspiración de “Ölüm Savaşçısı” (1984) que curiosamente volví a ver hace poco.

Así a bote pronto diría que tiene más muertos que “Hot Shots Part Deux” (1993).

Qué pedazo de película, cuánto arte, cuánta gracia y cuánto de tó. Si no la habéis visto os habéis perdido una obra cumbre del cine turco de los años 70. Chapeau.

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