Esto es lo más cercano que he encontrado a un cartel original.
Honk Kil-Dong es el hijo de un noble y su concubina. Durante un asalto de unos bandidos un hombre mayor les ayuda y él le pide que le entrene para poder defenderse. Al hacerse mayor vuelve a encontrárselos y, tras darles una paliza, descubre que tenían a una chica secuestrada, de la cual se enamora.
Se trata de la segunda película de Corea del Norte en el blog, la primera fue “Pulgasari” (1985), y encima es de artes marciales. De hecho recuerdo que encontré una lista de títulos de dicho país y este era el más interesante a priori por ser su primera película de entretenimiento.
El origen de la historia está en una novela del siglo XVI escrita por Heo Gyun. No es la primera adaptación, el personaje tuvo un par de películas de animación en los 60, en los 80 hicieron una versión con la ciencia ficción como temática principal y en los 90 salió en varios videojuegos. Luego hicieron una serie coreana dramática y más recientemente un musical.
Para poder rodarla Kim Jong-Il raptó a un director de Corea del Sur llamado Shing Sang-Ok cuando trataba de rescatar a su esposa a quien habían secuestrado previamente.
Honk Kil-Dong es un experto en artes marciales que toca la flauta y viste de morado y blanco. Con esa premisa a mí ya me ha ganado.
Resulta bastante irritante la manera en la que trata la esposa del noble al niño, incluso desde su nacimiento. De hecho es una hija de puta, dicho en plata, no sólo trata que lo maten sino que le jode el compromiso cuando regresa.
Me fascina lo mucho que se parecen las sociedades coreana y japonesa de la época feudal. Aunque los coreanos tienen bastantes peculiaridades a la hora de vestir como por ejemplo unos sombreritos estúpidos.
Además tanto los efectos especiales como las peleas son puro Hong Kong, eso sí, de los años 70 (cosas como los cables para que los personajes salten muy alto). Esta fusión oriental me está volviendo loco.
Espera que hay más, los ninjas del principio ¡son japoneses!. No había caído en ese momento, de hecho me extrañó verlos pero pensé que sería algún tipo de versión propia, pero no.
La parte del entrenamiento siendo niño me recuerda mucho a “Dragon Ball”.
La escena de los árboles me ha recordado a “Ong-Bak” (2003).
Los ninjas hablan japonés, pero es peculiar la manera en la que los doblan. Han bajado el volumen de las voces originales (pero no del todo) y han superpuesto las de doblaje coreano. Queda rarísimo porque los doblajes no encajan con las bocas moviéndose.
Me hace gracia que los “tesoros” estén guardados en baúles idénticos pero de diferentes colores. Incluso los que hay en el palacio real.
Se trata de una auténtica rareza, y como tal ha de ser apreciada. La calidad artística no está a la altura de otras películas de la época pero no le veo ningún fallo que me resulte molesto en realidad, nada más que podrían pulir algo los efectos especiales y los encuadres.
Personalmente la he disfrutado mucho. De hecho no tenía ni idea a priori de qué esperarme y menos tratándose de un producto de un país con tan poquitas películas. Tengo previsto ver algún título más de allí, pero eso será dentro de un tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario