Un grupo de ladrones se ve obligado a esconderse en un almacén abandonado tras un robo. Pronto uno de ellos necesita meterse un chute de droga, a pesar de que a sus dos compañeros no le parece bien, pero cuando está a punto de hacerlo se encuentra con un perro enorme comiendo de un cadáver.

Lo llamativo de esta película es su reparto. Tenemos a Adrien Brody (Stacy), famoso por "The Pianist" (2002). Antonio Banderas (Blue), lo último suyo que vi fue la película rusa "Za granyu realnosti" (2018). John Malkovich (Walker), ese mismo año hizo "I love you, Daddy" (2017). Rory Culkin (Gage), uno de los hermanos de Macaulay, salió también en "Signs" (2002).

El principal problema que le veo es que con tanto flashback la poca acción que tiene avanza ultralenta. Y es que buena parte de lo que hacen es esconderse y charlar. Pierden varias oportunidades de ofrecernos alguna escena interesante como cuando llegan los dos coches patrulla, por ejemplo.
Tampoco me ha acabado de gustar que empleen tanto el punto de vista del perro. Buen usado es algo que no queda mal pero salvo al principio cuando quieren evitar que se vea al animalito en sí para que sea más sorprendente su primera aparición lo veo del todo innecesario.

Hubiera quedado mucho mejor sin la última escena, la de la playa. Estoy harto de ver finales felices, por una vez quisiera que todo se fuera a la mierda.
En fin, Banderas hace breves apariciones hasta la parte final donde se convierte en el villano de turno. El resto está correcto.
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