Hora de un título... peculiar.
Un grupo de jóvenes muy cristianos trabajan en un cine. Una noche se quedan para ver una de las dos películas que proyectan cuando de repente aparece un hombre extraño en una sala. Al intentar echarle sale corriendo y escapa a través de una entrada secreta detrás de una cortina. Allí encuentran un sótano que se incendió años atrás y sacan una película misteriosa.
Me pregunto de quién fue la idea de poner como título la palabra “porno”. No sé si la idea era dificultar la búsqueda de la película (especialmente pasado un tiempo) o simplemente hacerla muy llamativa. O puede que las dos cosas, a saber.
De la mano de Fangoria, la cual como revista sobre el cine de terror y demás es genial pero a la hora de elegir un título no tanto. No digo que sus películas sean malas malas, pero tampoco son nada del otro mundo.
Las dos películas que proyectan son “Encino Man” (1992) y “A League of their own” (1992). Tienen puestos dos maniquíes disfrazados de los protagonistas en la entrada del cine.
Os adelanto que la película que encuentran no es porno. De hecho parece un videoclip de Behemoth. Sale una tipa en pelotas (en realidad parece que lleven un felpudo falso sobre el coño) a la que le echan sangre por encima y poco más.
En un momento dado salen los carteles de unas películas falsas tituladas “10 foot hole 10 foot pole”, “Smoke ‘em if you got ‘em”, “Orgy of the dead” y “Teaserama”. También salen los de las películas reales “Deadly Weapons” (1974) y “Deep Throat” (1972).
En realidad el póster más llamativo es el que aparece de pasada justo al lado de la entrada. Es de una obra de teatro titulada “Big White Fog” estrenada en el año 1938.
Vale, pues parece que también es tendencia mostrar pollas (aunque sean falsas) en las películas actuales. Y no me refiero de pasada o de lejos, no, todo bien clarito en un plano cercano.
No se le puede exigir nada a este tipo de películas pero por una vez me gustaría que alguna vez la narrativa fuese un poco menos obvia con los detalles de los personajes, porque lo que se supone que es algo sorprendente (al menos así está planteado) no lo es ni de lejos.
Cuando Abe mira a la pareja follando a través de un agujero en la pared usan planos similares a los de “Psycho” (1960).
Otra película que agrega chorros de sangre sobre la imagen de una manera muy cutre. Lo veo del todo innecesario.
En fin, es pasable, tiene algunas escenas gore que están bien. El final da pie para una posible secuela.
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