Hora de deseducar.
Estamos en 1993. Cameron Post es una chica joven que es sorprendida besándose con otra chica dentro de un coche. Sus padres deciden enviarla a "God's Promise", un campamento cristiano para curarla de su lesbianismo.
Tenía ganas de ver esta película desde que el año pasado en la temporada 10 de "RuPaul's Drag Race" Dusty Ray Bottoms decidió narrar la historia de cómo fue enviado siendo joven a un campamento para curar su homosexualidad, la conocida como "terapia de conversión".
Personalmente hasta ese momento no sabía demasiado sobre el tema, había oído alguna cosa pero nunca una experiencia personal. En EEUU unos 700.000 adultos (18-59 años) han recibido dicha terapia y unos 57.000 adolescentes (13-17 años) la recibirán antes de llegar a los 18 años. Actualmente hay 35 estados en los que aún se permite dicha práctica. Se dice pronto.
En el caso de España a nivel nacional no está prohibida pero sí en cuatro comunidades: Madrid, Valencia, Murcia y Andalucía. De hecho a nivel europeo hay muy pocos sitios donde esté prohibida (Reino Unido, Noruega, Alemania, Suiza y Malta).
En la película el campamento es un lugar sin excesivo control sobre los chicos, aunque tardamos en ver las consecuencias de ello. Y las cosas se ven muy diferentes desde fuera, en especial por parte de aquellos que decidieron enviarles allí, ya que esperan que "se curen".
El personaje de Cameron Post (Chloë Grace Moretz) tiene una manera de pensar bastante normal y por ello le cuesta adaptarse a ese modo de ver las cosas tan religiosas y a ver como malo aquello que siente y que para ella es natural o normal (que es lo que deberían decirle).
Personalmente creo que como película no es nada del otro mundo (tampoco me parece mala) pero el hecho de mostrar estos lugares que aún existen hoy en día no debería pasar por alto.
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