Columbia británica, 1885. Un oso resulta herido por un balazo de unos cazadores, junto con su osezno tratará de evitarlos. Pero poco tiempo más tarde regresan con perros y consiguen capturar al pequeño.

Los osos salvajes se comen cachorros de oso si tienen ocasión por ello los que hicieron la película primero le pusieron un peluche con el mismo color de pelo que el cachorro a Bart el oso para que jugase con él. Posteriormente le pusieron al cachorro y se mostró muy afectivo con él.

La versión restaurada del 2013 dura 96 minutos. Es la más completa.
Es imposible no empatizar con los osos. Son juguetones y la mayor parte del tiempo se dedican a hacer lo menos posible. Aparte que se comportan de maneras muy humanas, quizás demasiado porque lo refuerzan con sonidos poco naturales para ellos.

Por otra parte es difícil que no te caigan mal los cazadores. Uno de ellos está claramente ido, le vemos sufrir paranoias nocturnas y como está obsesionado con su arma (en la cual tiene incluso un grabado de un oso).

Creo que la mejor escena es cuando el osezno se come una seta (una amanita muscaria) y empieza a alucinar.

Tiene una narrativa visual increíble, muy sólida. Se me hace incluso corta aunque el final tiene un sentido pleno. Una de las mejores películas protagonizadas por animales reales.
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