Aquí la titulamos "El efecto de los rayos gama sobre las margaritas".
Beatrice Hunsdorfer vive con sus hijas adolescentes Matilda y Ruth. Se dedican a acoger a alguna persona mayor que no puede quedarse sola para poder sacar algún dinero. Pero a una de las hijas no le parece demasiado bien.
Adapta una obra que ganó el Pulitzer en el año 1971 basada en el guión de Alvin Sargent y dirigida por Paul Zindel.
Dirigida y producida por Paul Newman. Se trata de una de las pocas películas en las que decidió sentarse en la silla de director. Su primera fue "Rachel, Rachel" (1968), luego hizo "Sometimes a Great Notion" (1971) y seguidamente la que nos ocupa.
La hermana pequeña tiene un conejo en casa. Pero un señor conejo blanco que se dedica a andar libre cagándose por todos los rincones. En realidad me cae bien. El conejo, claro.
He visto películas con todo tipo de seres deformes, de todos los tamaños, colores y orígenes pero pocos igualan el mal rollo que da la vieja cuando mira a su hija tras darle un beso de despedida. Brrr, me entra un escalofrío de pensarlo.
Por una parte tenemos a Matilda, la hija pequeña, aficionada a la ciencia. Parece la más sensata de toda la familia y da la impresión de que está enamorada de su profesor de ciencias, aunque igual es demasiado inocente como para incluso pensar en ello.
Luego está Ruth, tiene ataques de epilepsia y está en plena fase rebelde adolescente. Todo un primor, vaya.
Y por último tenemos a la madre, se dedica a buscar en los anuncios de palabras cosas que hacer con su vida. Es una influencia bastante negativa para sus hijas, en general, y encima está loca.
Las situaciones que viven las protagonistas están ligadas intrínsecamente a la perseverancia de la madre, cuyas excentricidades hacen del mundo que les rodea un pequeño infierno. Tiene muchas aspiraciones y planes pero los muros que ha de atravesar para lograr aunque sea sólo una pequeña victoria son demasiado altos. Sin embargo al final se hace un poco de justicia en la figura de las hijas, cosa que me alegra en cierta manera.
Y es que las actuaciones son tan buenas que te hacen sentirlas como si las vivieses tú mismo. Personalmente creo que lo mejor de la película es cuando Ruth se rebota con la madre en la parte final y el discurso de Matilda.
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