Siendo pequeños los hermanos gemelos Cade y Cale Altair fueron elegidos por una entidad superior para dotarles de más poder y convertirlos en humanoides. Sin embargo con el paso de los años Cale perdió los poderes por no cumplir las misiones que le encomendaban.

A pesar de esa larga lista de aspectos de la producción de los que se ocupa personalmente decidió poner un montón de nombres de compañías ficticias en los créditos. Se distinguen porque tienen una N o una B en mayúscula.
Al igual que la anterior película, parte de la financiación fue lograda vía crowfunding.

Es increíble la cantidad de escenas en las que usa la técnica del croma. Y a pesar de la experiencia de haber hecho 4 películas siguen siendo horribles. Esta vez me recuerdan un poco al estilo de Wakaliwood. Para que os hagáis una idea hasta pasados 10 minutos no vemos la primera escena de Neil en un escenario real.
En la anterior película veíamos un montaje con un montón de cadáveres y estaba bastante bien hecho. En esta hace otro pero muy muy mal.

Me imagino que la acción transcurre en un planeta extraterrestre y por ello hay dos lunas (idénticas pero de tamaños diferentes). En realidad eso explicaría muchas cosas. O no.
Hay un momento en que la música suena TAN fuerte que no se oye el diálogo. Claro que en este tipo de películas en realidad da igual lo que digan.
Gran parte de las escenas en exteriores están grabadas de noche. Es un cambio notable con respecto a las otras películas en las que buena parte de la acción transcurre en los desiertos de Nevada a pleno sol.

En la parte final aparece proyectada en una pantalla una escena de "Pass Thru" (2016) de manera breve.
Neil Breen confirmó que haría una secuela. Estoy que no quepo en mí de gozo desde que me enteré.
En fin, con esto culmina este pequeño recorrido por la maravillosa filmografía de Neil Breen. Ha sido corto pero intenso.
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