El creador de los planetas del sistema solar desciende a la Tierra porque se siente muy decepcionado con el ser humano como especie.

La segunda película de Neil Breen (el ser) tiene un título peculiar. Probablemente sea lo menos peculiar de ella en realidad. De nuevo vuelve a ejercer de guionista, productor, director, editor y a protagonizarla, esta vez también se atreve con el maquillaje.
Esta vez hay varios personajes con nombre propio en los créditos. Pero sólo unos poquitos que tampoco hay que pasarse.

Empiezo a comprender lo del maquillaje, en esa misma escena le vemos convertido en una especie de zombie en unas imágenes que aparecen intermitentemente. Será una imagen recurrente durante toda la película, siempre la misma eso sí, que tampoco hay que derrochar el dinero.
Por el desierto uno puede encontrarse cualquier cosa. 6 cruces de madera, una rosa, unas cabezas de muñeca, una pareja drogándose... lo típico, vaya.

De nuevo aparece el paquete cocaína, huy perdón en la primera era de ántrax. También la aguja de contenido incierto.
Los diálogos involucran algún tipo de mensaje ecológico (o antiecológico si son malos malosos). Pero son escenas totalmente inconexas.
En una de tantas aparecen dos mujeres, una de ellas va con un carrito de bebé, pero no lleva un bebé sino un muñeco. Ah, y se supone que son hermanas gemelas pero se parecen como un caballo a una tortuga.
Aparecen de forma casual algunas escenas que no siguen la acción, son cosas que se verán más adelante. Tengo la impresión de que es tan puestas más de una vez para alargar la duración de la película.

Muchas escenas mejorarían si hubieran ensayado un par de veces antes de hacerlas.
El tipo habla de lo mucho que le preocupa el medio ambiente pero lleva un coche más grande que mi casa.
Una película muy (pero que muy) profunda sobre la importancia del camio climático. No realmente, de hecho no hace más que repetir lo mismo durante la hora y media que dura. Va, pasemos a la siguiente.
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