Estamos en el año 1951, un guionista de Hollywood llamado Peter Appleton tiene un accidente de coche y pierde la memoria. Se encuentra en un pequeño pueblo estadounidense llamado Lawson donde le acogen como si fuera uno más de ellos, más aún cuando uno de los habitantes cree que se trata de su hijo desaparecido en la Segunda Guerra Mundial.

Esta sería un gran ejemplo de ello. En su día no me pareció nada especial, aunque quizás fuera porque me esperaba una comedia más estilo las que había hecho en los años 90. Sin embargo la segunda vez que la vi me di cuenta del periodo en el que transcurría y le di más importancia al hecho por el que es buscado el protagonista.

En la primera escena las voces de los ejecutivos son en realidad las de Garry Marshall, Paul Mazursky, Sydney Pollack, Carl Reiner y Rob Reiner.
La película-dentro-de-la-película se titula "Sand Pirates of the Sahara" y uno de los intérpretes es Ramón Jamón (me sorprende que le hayan puesto los acentos). En la primera escena que se ve de ella aparece Khalid sosteniendo el ídolo dorado del principio de "Raiders of the Lost Ark" (1981).

La parte en la que el protagonista se entera de que es una víctima más de dicha caza es brutal. Básicamente van a por él porque cuando iba al instituto estuvo en un club comunista, cosa que él ignoraba porque sólo iba allí por una chica. Esencialmente eso le jode la carrera y la vida.

En el reparto destacan también los nombres de Martin Landau (Harry Trimble), conocido por "Ed Wood" (1994), salió también en "North by Northwest" (1959). Y Brian Howe (Carl Leffert), salió en "The Pursuit of Happyness" (2006).
Fue la última película en la que apareció James Whitmore (Stan Keller), aunque salió en algunas series de televisión posteriormente.

La mejor escena es cuando el protagonista recuerda quien es al ver proyectada la última película que hizo.
Y la parte más estúpida es la del tipo que decide demonizarlo hasta el extremo diciendo cosas en plan "espero no verle en la portada del Pravda mañana por la mañana tratándole como si fuese un héroe". Claro, un espía comunista que se hace pasar por guionista de segunda en Hollywood es todo un héroe al regresar a Rusia, muy lógico todo.

En fin, es una película muy emotiva con un toque muy estadounidense como es el discursito que suelta el protagonista frente al comité que le acusa de ser comunista. Y aún así la considero una de las mejores del actor de las que se alejan de su faceta como cómico.
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