Jennifer Hills y su hija Christy son secuestradas. Su intención era matar a Jennifer pero se encontraban juntas y deciden llevárselas juntas. Por suerte consiguen huir pero por separado y los secuestradores no tienen intención de dejarlas escapar.

Empieza mostrándonos algunas escenas de la primera película. Por si se nos había olvidado de qué iba. En realidad sólo se ve a Jennifer llegando a la cabaña y siendo violada cuando la mejor parte es la de la venganza.

La escena del secuestro es realmente estúpida. Pero es peor aún cuando Jennifer escapa de ellos. Esa parte da incluso grima de ver.

Las actuaciones son TAN malas. No se salva nadie. Y hay ratos que no tienen ningún sentido como por ejemplo cuando la hija llega al cementerio, esa escena es absurda de principio a fin.
Hay una violación porque es lo que define a estas películas, bueno y la venganza posterior claro.

Ni siquiera funcionan los momentos asquerosos. Y no será por falta de material grotesco, cada uno de los secuestradores podría haber tenido su pequeño momento pero no... para qué... mejor aburramos al espectador hasta la muerte.
Atentos al momento en que Christy se mete en una casa, se pone a comer y de repente coge una lata y bebe de ella. La lata está totalmente raspada para no hacer publicidad.

Esta es una saga de altibajos en la que casi siempre lo mejor son las escenas de venganza pero con esta película han tocado fondo. No sé si harán más pero desde luego han logrado algo que difícilmente podría anticipar que es quitarme las ganas de seguir viéndolas.
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