Karen es una mujer blanca a la que atracan mientras va en su coche. Pero el asaltante no es consciente de que con ella iba su hijo pequeño durmiendo en la parte de detrás del coche, lo cual hace que la policía se vuelque de inmediato en su búsqueda.

La primera media hora de película nos presenta un barrio de negros (creo que lo llaman la colonia) donde tienen sus propios policías y si tiene que intervenir (por el motivo que sea) uno de fuera primero les han de pedir permiso. Pero seguidamente vemos como se saltan esa regla a la torera porque se ha perdido un niño blanco.

Jackson interpreta a un policía que es asmático y los ataques le ponen nervioso, de normal su actitud es calmada y afronta los problemas de una manera directa y sencilla.
Lo cual provoca que la película no tenga demasiada fluidez. De repente aparecen en medio del lugar donde le robaron el coche a ella, lleno de policías y demás, cuando debería estar haciendo el retrato robot. No sé hasta qué punto es intencionado el poco ritmo pero hay más de una escena innecesaria.

Es una gran historia que pone de relevancia las enormes diferencias que hay entre ser blanco y negro en según que zonas de EEUU. Como película no me ha parecido buena, pero tampoco es horrible.
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