Y el final.
Un director trata de grabar la cuarta película sobre el tiburón rápido. Es la parte final.
Esta vez la duración es de 1 hora larga.
El director es Ryan Lambert.
Viene a ser como los vídeos del rodaje que vimos al final de las dos partes anteriores, pero sin parar. El director interrumpe las escenas y da instrucciones a los actores (por llamarlos algo). Aparte vemos que es él mismo quien lleva el guante del tiburón rápido.
Hay diferentes ángulos, algunos grabados con un móvil o algo que tenía una cámara de baja calidad.
Podemos ver cómo fue el proceso creativo. En esencia cada uno decía cualquier tontería y las que les pareció bien las incorporaron a la historia. Bueno, por decir algo porque es todo muy caótico. Que a ver, es bonito verlo pero es que se dispersan demasiado y cada escena se hace eterna.
Encima hay ratos donde el director se pone a discutir con uno de los actores y dan ganas de darles de bofetadas a los dos.
En fin, se supone que al final el tiburón se vuelve bondadoso. Pero vamos, es como no decir nada porque en realidad historia, lo que se dice historia, esta parte no tiene. Graban unas pocas escenas en las que cada uno improvisa y no hay un final como tal.
De hecho al actor con el que discute el director le promete que saldrá en la 5ª parte para luego decir que no habrán más partes.
Un despropósito enorme sin ningún tipo de sentido y con un sonido horrible. Caótica, aburrida y sin tiburones. Es una de las peores sagas que he visto jamás.
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