Aquí la titulamos "Tres anuncios en las afueras".
Mildred Hayes es una madre cuya hija fue asesinada meses atrás. Tras ver unos carteles en una carretera secundaria decide contratarlos para poner un mensaje dirigido al jefe de policía local.
En el reparto tenemos nombres como el de Frances McDormand (Mildred), conocida por "Fargo" (2006). Caleb Landry Jones (Red Welby), recientemente la vimos en "Get Out" (2017). Sam Rockwell (Dixon), salió en "Moon" (2009). Woody Harrelson (Willoughby), hace poco le vimos en "Solo: A Star Wars Story" (2018). Zeljko Ivanek (Sargento Cedric), un secundario bastante reconocido, salió también en "Hannibal" (2001). Y Peter Dinklage (James), conocido por "Game of Thrones".
No existe ningún pueblo en Missouri llamado Ebbing. La película fue grabada en Sylva, un pueblo de Carolina del Norte.
El director Martin McDonagh tuvo la idea cuando vio unos carteles mientras viajaba por los límites de los estados de Georgia, Florida y Alabama. Trataban sobre un crimen sin resolver. El director ha hecho sólo otras dos películas, "In Bruges" (2008) y "Seven Psychopaths" (2012).
La película que mira la madre de Dixon es "Don't Look Now" (1973). La bandana que usa Mildred es un homenaje a "The Deer Hunter" (1978).
En los carteles pone "Raped While Dying", "And Still No Arrests", "How Come Chief Willoughby?". Traducido sería "Fue violada mientras moría y aún no se ha arrestado a nadie, ¿cómo es posible jefe Willoughby?".
Ganó dos Oscars por interpretación, concretamente se los llevaron Frances McDormand y Sam Rockwell. Y aunque no me gusta hablar demasiado sobre dichos premios ambos lo hacen genial. Personalmente creo que deberían habérselo dado a Woody Harrelson también.
El drama se come una buena parte de la película, aunque tiene algunos momentos graciosos aunque me imagino que son para relajar un poco al espectador.
Me ha sorprendido en ciertos momentos. Por ejemplo la escena del hospital, no me la esperaba para nada. O cómo un momento simpático como el que Mildred le lanza una cucharada con cereales a su hijo jugueteando se convierte en una escena muy dura en pocos segundos.
Llama la atención el contraste del sheriff y su joven esposa tratados como si fueran la pareja perfecta y el ex-marido de la protagonista con su novia de 19 años como si estuvieran haciendo algo mal.
Además juegan con la idea de que los policías del sur son o racistas o homófobos, aunque eso lo leo como una crítica a la actualidad.
No tiene un final que se pueda clasificar como redondo precisamente, es mi mayor pero. Dicho lo cual me ha gustado bastante, aunque me pregunto si se plantearán hacer algún tipo de secuela dado su éxito.
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