miércoles, 11 de julio de 2018

The Dictator (2012)

Una comedia no apta para todos los públicos.

El Almirante General Aladeen de la República de Wadiya ha de presentarse en la ONU, en Nueva York, para evitar que ataquen su país por (supuestamente) poseer armamento nuclear. Pero al llegar allí le secuestran e intentan asesinar reemplazándolo por un doble muy estúpido llamado Efawadh.

Otra de las locuras de Sacha Baron Cohen (Aladeen/Efawadh) quien está a punto de lanzar una serie nueva titulada "Who is America?" (2018) que a priori parece estilo "Da Ali G Show" donde hacía entrevistas a gente famosa encarnando a varios personajes histriónicos.

Lo que más gracia me han hecho son las canciones que cantan en árabe, como por ejemplo "Everybody hurts" de R.E.M. o "The next episode" del Dr.Dre. Aunque la primera risa me ha venido nada más empezar con la dedicatoria a Kim Jong-Il.

Del reparto destaca el papel de Ana Faris (Zoey), da gusto verla en una película cómica sin tabúes ni límites.

En el mapa donde sitúan la República de Wadiya vemos que en realidad está situado donde Eritrea. Lo curioso es que sí existe una pequeña ciudad llamada Wadiya situada en Sri Lanka.

Juega mucho con lo que podría denominar leyendas negras de la vida real como que en la captura y asesinato de Bin Laden en realidad usaron a un doble o los famosos que se acuestan con gente rica si les pagan una millonada (tiene todo un muro lleno de fotos que aparece justo después de estar con Megan Fox, en él se ve a Lindsay Lohan, Halle Berry, Oprah Winfrey, Ellen DeGeneres y Arnold Schwarzenegger, entre muchos otros).

Y también con cosas reales como lo de ir rodeado de guardias mujeres vírgenes, como hacía Muammar Gadaffi. O lo de señalar con el dedo como hacía Fidel Castro. O los Lamborghini Murciélago color turquesa es una referencia a Ana Al-Thani, un miembro de la familia que reina en Qatar a quien se le ha visto conduciendo uno idéntico en Londres frecuentemente.

El idioma que habla con Nadal en el helicóptero que suena como árabe en realidad es hebreo. Es una de las escenas que me ha hecho gracia, a pesar de lo predecible, porque llegan a hacer muchos juegos de palabras.

Lo que no acabo de entender es por qué el científico quiere ayudarle a recuperar su posición de poder tras librarse de que lo ejecutaran por una estupidez.

Es una película que está en la línea habitual del actor, escenas fuera de tono (como la de la mujer pariendo) y una crítica sin tapujos tanto a las dictaduras como al gobierno estadounidense. Es entretenida, aunque probablemente me olvidaré de ella pasado un tiempo. Tiene unas pocas escenas extra durante los créditos finales.

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