Estamos en Arles en 1891, un año después de la muerte de Vincent Van Gogh. Armand es el hijo de un cartero y su padre le da el encargo de entregar una carta al hermano de Vincent, Theo. Pero él no tiene ningún tipo de interés en hacerlo aunque finalmente acepta.

En total se usaron 853 pinturas al óleo con el mismo estilo artístico que Van Gogh y para ello necesitaron más de 100 pintores. Con ellas hicieron los 65.000 fotogramas que componen la película, cada pintura fue repintada ligeramente para crear la ilusión de la animación.
El concepto de crear animación a partir de pinturas lo describió Arthur C.Clark en su novela "Childhood's End" publicada en 1953.

Los créditos de inicio son una buena muestra de lo que nos espera, las pinturas se van "comiendo" los diferentes textos que van apareciendo.

Recrean numerosas pinturas de Vincent Van Gogh a lo largo de la película y, sin conocer demasiado su arte, he sido capaz de reconocer bastantes. En cualquier caso el hecho de conocerlas no es demasiado importante pues en los créditos finales aparecen los actores posando de forma similar a los cuadros en los que se basaron para cada uno.

Personalmente me ha encantado todo. La idea de pintar cada frame resulta un trabajo faraónico pero eso no quita que su resultado no sea igualmente espectacular. Por otra parte me ha gustado mucho ver a Chris O'Dowd (Joseph Roulin) en un papel que le queda muy bien.
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