Wizard of Oz 3: Dorothy Goes to Hell (2006)

Esto ha sido una incorporación de última hora.

Dorothy está aburrida en su granja de Kansas. De repente recibe un mensaje de la maga buena que le pide ayuda y Tik-Tok le proporciona una manera de regresar a Oz. Satán es quien domina Oz y encima tiene los zapatos de rubí, con lo cual puede salir de Oz siempre que quiere. Tras comerse a Totó y descubrir que sus tíos han sido asesinados se va a Oz con su nuevo amigo, un pepinillo manchado de mierda.

Su duración es de 23 minutos.

Su creador es James D. Rolfe, de quien hablé en la entrada de "Angry Video Game Nerd: The Movie" (2014). También colabora Mike Matei, un habitual de sus vídeos.

De hecho ambos son quienes escribieron el guion y ponen las voces.

Originalmente fue colgado en el canal de YouTube de Cinemassacre pero luego lo borraron. Puedes encontrar una copia en otro canal y también en archive.org.

Es la tercera porque las dos primeras son "The Wizard of Oz" (1939) y "Return to Oz" (1985).

Está hecho en formato de animación con unos dibujos realmente cutres. Es irreverente y llena de obscenidades, algunos la comparan a "South Park".

Aparecen unos Jawas de "Star Wars" (1977) que tienen al hombre de hojalata (con la cara de Data de "Star Trek: The Next Generation") y a Tik-Tok.

La tía Eminem le dice a Dorothy si quiere terminar en el psiquiátrico de nuevo, eso pasó en la segunda película.

Usan también la BSO de "Star Wars" (1977). Eso sería un buen motivo para que les bloqueasen el vídeo, claro que también sale un Munchkin con la polla fuera.

En Oz hay un nuevo camino de color rojo que lleva al infierno.

Aparecen el león del logo de la Fox como el león cobarde, el espantapájaros y Jack Pumpkinhead, quien es el hijo de Dorothy.

En esta versión sí aparece una persona ahorcada en el bosque.

Los monos voladores echan rayos mortales desde sus penes. Su aparición va acompañada de música de AC/DC.

Satán además tiene un robot de destrucción masiva quien empieza a asesinar celebridades (que casualmente se encuentran en la ciudad Esmeralda) a ritmo de Elvis Presley.

Descubrimos que hay una bruja más, la de en medio. Aunque no está claro si es buena o mala.

En el infierno suena Slayer de fondo.

Termina de la mejor manera posible, con una paradoja temporal que acaba destruyendo incluso a la propia película. Precioso.

Es ridículamente absurda con la única pretensión de hacerte reír un rato a base de burradas. Y en cierta manera lo consigue.