Otro título del cine quinqui.
Estamos en el penal de Ocaña, en 1985. Juan José Moreno Cuenca nos narra su vida empezando por su niñez hasta su época de delincuente en Barcelona entre los años 70 y 80. Nació en el barrio de Torre Baró en Barcelona. Su verdadero padre desapareció y por ello vivía con Antonio, quien se hacía pasar por su padre. Pero un día él murió durante un robo y su madre tendrá que ponerse a robar. Con el dinero que saca consiguen irse a vivir a un sitio mejor.
El propio Juan José Moreno Cuenca "El Vaquilla" es quien nos narra su historia.
Me encanta como echa la culpa de todo primero a estar rodeado de delincuentes, incluida su propia madre, y luego de jóvenes que sólo quieren sacarse unas perras para fumar.
Pero lo mejor es como retrata a los del colegio como que le expulsaron por haberles robado unos lápices. No tiene sentido, como mucho le hubieran castigado (especialmente tratándose de alguien que es tan buen estudiante, según él mismo claro).
Me hace gracia que él siempre se ofrece a robar un coche para los robos pero siempre le dicen que es demasiado pequeño y cantaría demasiado a la policía. Sin embargo no tienen ningún problema en usar a un taxista.
La parte más creíble es que un juez crea que un chaval que ha vivido toda su vida como delincuente se puede reformar yendo a un colegio.
La frase que más se repite es "se hace lo que se puede". Que también es cierto que se puede usar en cualquier situación.
De toda la película lo que me resulta menos creíble es que la policía esté siempre por las carreteras por las que huyen y que siempre se líen a pegarles tiros mientras les persiguen.
Dicho lo cual, cuando roban 4 bolsos de unos turistas es la escena más divertida.
En fin, una autobiografía con mucha delincuencia, algo de reformatorio y un descarado como protagonista que ni siquiera se molesta en contar el dinero que roba.
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