Valentine Dussaut es una modelo profesional. Una noche atropella a una perra y va a devolvérselo a su dueño, pero él se desentiende del animal así que ella la lleva a un veterinario y se la queda. Pero unos días más tarde va a verle porque le ha enviado dinero y descubre que se dedica a espiar a sus vecinos.
Fue la última película de cine de Krzysztof Kieślowski, tras ella hizo un par de cortos, un documental y una película para televisión antes de su fallecimiento en 1996.
La persona que tira una botella de cristal es la escena común en las tres películas. En esta la protagonista le ayuda a hacerlo.
El color rojo es el predominante esta vez, obviamente. Creo que es bastante más obvio que el blanco de la anterior película. El detalle difícil de apreciar es que Valentine, la protagonista, es también una referencia a dicho color por lo de San Valentín.
Al igual que en la primera película destacan los reflejos. Aunque esta vez son usados para enfatizar más aún el color rojo.
Me fascina la escena del perro atropellado por lo bien que lo hace el animal.
Bien, llegados a este punto creo que es oportuno dar la explicación a los colores de la trilogía de Krzysztof Kieślowski. La primera (el azul) trata sobre la libertad, la segunda (el blanco) trata sobre la igualdad y la tercera (el rojo) trata sobre la hermandad, osea que siguen el lema francés "Liberté, Égalité, Fraternité". Y, sí, se puede ver claramente como experimenta la libertad Julie al verse liberada de la maternidad y del matrimonio, también como la igualdad de Karol y DOminique en cuanto a lo que sienten el uno por el otro es igualmente intenso, y en esta la relación de la protagonista con el juez se puede leer como de hermandad (aunque me cuesta mucho verlo, la verdad).
Está claro que su relación no es amorosa, ni lo pretende, yo lo veo más bien como una amistad casual que va creciendo a medida que se conocen. Ella al principio le ve como un ser repugnante pero poco a poco van charlando más y más y acaba cogiéndole cariño. De ahí a ver una relación fraternal es un salto bastante grande (pero se supone que es así por lo que he leído).
De hecho el único hermano que tiene la protagonista apenas quiere hablar con ella cuando le llama por teléfono. Y por lo que cuenta de él igual ni son hermanos.
La conexión entre las tres películas sucede al final, cuando reaparecen Julie, Karol Karol, Dominique, Olivier Benoit junto con Valentine. Y he de decir que esa escena no me la esperaba para nada, es una manera interesante de unir las tres historias en un momento concreto.
Dicho lo cual, es una trilogía que me ha gustado explorar e indagar sobre ella para tratar de comprender mejor qué sucede. Por orden diría que me ha gustado más la tercera, luego la primera y por último la segunda, pero no me malinterpretéis, las tres están muy bien.
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