Julie de Courcy ha perdido a su marido y su hija en un accidente de tráfico. Él es un compositor famoso cuya última obra no llegó a ser publicada y una periodista quiere conocer los detalles de la misma, pero Julie no quiere hablar del tema. Tras vender todas sus pertenencias cambia a su nombre de soltera, Julie Vignon, y se va a vivir a otro lugar.

Y es que a Krzysztof Kieślowski le tengo bastante apartado, de hecho creo que esta es la primera película suya en el blog. He de decir que justo hoy estaba leyendo sobre su miniserie "Dekalog", de pura casualidad.
Protagonizada por Juliette Binoche (Julie Vignon), la vimos en "Ghost in the Shell" (2017), es conocida por "Chocolat" (2000) y "The English Patient" (1996).
Originalmente la trama giraba en torno a la periodista interpretada por Hélène Vincent. El director lo cambió todo durante el montaje para que se centrase en Julie.

Sabía que Kieślowski había hecho un trabajo excepcional en esta trilogía pero no me esperaba un plano de un reflejo en un ojo.
Al principio la imagen tiene un tono azulado, posteriormente algunas de luces que se reflejan en la cara de la protagonista son azules y muchas, pero muchas, de las cosas que aparecen también lo son. En momentos puntuales juegan también con el blanco y el rojo.
Pero es que resulta llamativo que, por ejemplo, el dulce que saca del bolso para comérselo sea azul.
La historia de la putita que se encuentra con su padre en el club es brutal.
A veces me cuesta recordar cosas como que la película es del año 1993 y que lo de fumar aún no estaba excesivamente mal visto, ni siquiera entre las embarazadas.

Cuanto más leo sobre esta película más me doy cuenta de que me estoy perdiendo cosas sutiles. Aunque en realidad también me parecen lecturas de cada uno más que lo que es o pretende ser.
Es una historia de una mujer que tras perder a su familia quiere desapegarse de su pasado pero no para de volver a ella una y otra vez y al final decide encarar y reconstruir la última obra de su marido.
Personalmente me encantan los planos de las partituras mientras suena la música.

Los reflejos forman parte de una manera activa de la narrativa (la escea del ojo que mencioné antes) pero también de forma metafórica, por ejemplo el colgante con la cruz que llevaba la protagonista y luego vemos que la amante tiene otro.
En todo caso es una película que da mucho de sí pero creo que hay que saber entenderla. El mensaje puede ser muy dispar. Venga, pasemos a la segunda película.
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