Dirigida por Viking Eggeling, se trata de su única obra pues murió al año siguiente de estrenarla.
Tiene una duración de tan sólo 7 minutos.
Nada más empezar aparece un cartel explicando que se considera la mejor película abstracta jamás concebida. Es un experimento para tratar de descubrir los principios básicos de la organización de los intervalos del tiempo en las películas.
El proyecto empezó en 1921. Usando papeles recortados y figuras de lata fotografiados para ir formando los fotogramas, uno a uno. Fue completado en 1923 porque decidió hacerlo 3 veces ya que nunca quedaba satisfecho.
No os volváis locos buscando una versión con sonido, no lo tiene. La idea es que las figuras geométricas que van apareciendo representan diferentes cosas como un arpa, una gaita, un trombón, un piano o incluso una oreja.
De la manera en la que está concebida queda todo abierto a interpretación de quien la ve. Algunos dicen que es musical, creo que es muy atrevida esa afirmación ya que, como dije, no tiene sonido.
Aunque valoro el enorme esfuerzo que supuso su creación para mí falla completamente. Son, literalmente, líneas y curvas de color blanco sobre un fondo negro que van apareciendo y desapareciendo durante 7 minutos. Y ya.
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