También conocida como "Ax'Em".
En 1990 un hombre llamado Mason asesino a su esposa e hijos y luego se quitó la vida. Sin embargo su hijo se libró y 13 años más tarde regresa para vengar los asesinatos.
El título original corresponde al que usaron cuando fue estrenada en cines, lo cual es esencialmente mi criterio a la hora de usar un título u otro. Pero la curiosidad esta vez es que cuando la productora York Entertainment se hizo con los derechos de la película decidieron cambiar el título y cortar algunas escenas y desordenar otras cosa que hizo que la película terminase siendo incoherente. A día de hoy no se sabe si existen copias de la versión original.
Dicho lo cual, es una película que me costó mucho encontrar ya que durante años no había ni rastro de ella. Hoy en día es relativamente fácil dar con ella, aunque no sé por qué alguien querría verla.
Producida, escrita, dirigida y protagonizada por Michael Mfume. Un nombre a tener en cuenta. No realmente.
La película arranca con unos textos que explican la situación, lo cual no es raro. Sin embargo tienen algunos errores, parecen escritas por alguien que no habla inglés o que ha usado algo tipo el Google translator.
El sonido deja mucho que desear, cuesta un montón oír lo que dicen. El problema es que usan el micrófono que lleva la cámara y capta todo el sonido ambiente. Que a ver, tampoco te pierdes nada en sustancia.
El asesino hace su primera aparición bien temprano. Lleva un hacha pequeñita y bastante ridícula. Sin embargo para la segunda aparición tenemos que esperar una barbaridad y va con un machete.
Empiezo a entender lo del desorden. A los 20 minutos hay una escena en blanco y negro en la que se ve lo que explicaban los textos del principio.
Con la BSO parece que se esfuercen demasiado. No acaba de encajar con lo que está pasando en cada momento pero no es mala, parece que sea de otra película.
Y algunas escenas se cortan de repente. Pero en mi opinión eso es casi una bendición porque entre el estilo amateur de la grabación, la baja calidad de imagen, las conversaciones de relleno y las actuaciones dignas de wakaliwood cuanto menos dure mejor.
Estaría a la altura de la Troma. Pero no de sus producciones sino de las películas que compran para distribuirlas. Osea, esos productos infumables que si no fuera por ellos nunca verían la luz.
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